Las mejores fiestas, dicen todos, terminan siempre en la cocina. Ese espacio donde la música se mezcla con el olor a comida, donde las conversaciones se vuelven íntimas y donde la celebración parece más real.
De ese espíritu nace Kitchen Sessions, un formato que está conquistando el mundo al unir alta cocina, música electrónica, talento emergente y público en un mismo espacio.
Un concepto simple: Chefs cocinan. DJs pinchan. La gente baila, bebe y come alrededor de los fogones.
Un ritual colectivo que convierte cada cocina en una fiesta irrepetible.
La cocina como escenario: así nacen las Kitchen Sessions
La idea surgió hace dos años en Hanói (Vietnam), cuando Kike Gallardo, chef y fundador del proyecto, organizó una fiesta improvisada en la cocina de un restaurante español: cocineros preparando tapas y amigos DJs pinchando junto a ellos.
El resultado:Una rave gastronómica hasta las cinco de la mañana.
La experiencia fue tan potente que Kike decidió llevarla por el mundo.
Hoy, más de 30 ediciones han tenido lugar en:
- Ciudad de México
- Los Ángeles
- Nueva York
- Oaxaca
- Panamá
- Gran Canaria
- Barcelona
- Madrid
Cada ciudad suma nuevos chefs, DJs y comunidades gastronómicas.
Chefs y DJs: un ritual de creatividad compartida
Las Kitchen Sessions rompen jerarquías:
No hay chaquetillas blancas.
No hay títulos.
Solo talento, música y cercanía.
Todos los cocineros visten camiseta blanca y delantal rojo, un símbolo de horizontalidad y juego.
En la Kitchen Session organizada en el MOM Culinary Institute de Madrid, junto al grupo Delaporte, participaron:
- Manuel Franco (La Casa de Manolo Franco, 1 estrella Michelin)
- Miguel F. Vidal (MOM / Bancal)
- Cristina García (Crisla Sweets, Londres)
- Daniel Pozuelo (Bichopalo)
- Arán y Noé (Pipilacha)
- Tamara Cabezudo (Cookita)
- Chefa Miranda (Louis Vuitton, Ruinart, Fashion Week París)
Cada chef crea uno o dos bocados que se comen con la mano, y durante la fiesta montan los platos rodeados de público que baila, pregunta y observa.
Una rave gastronómica: DJs dentro de la cocina
Como en un Boiler Room, los DJs pinchan dentro de la cocina, pegados a los chefs.
La música marca el ritmo, el sonido se mezcla con el chisporroteo y la energía sube.
Kike define el concepto como:
“Una rave gastronómica donde al final todo el mundo se conoce.”
Los eventos pueden ser íntimos (40 personas) o explosivos (hasta 300 asistentes), con precios entre 50 y 150 euros según la propuesta culinaria.
Un fenómeno global que une gastronomía, arte y comunidad
Kitchen Sessions no solo celebra la creatividad:
Crea comunidad
Une disciplinas
Da visibilidad a chefs emergentes
Propone un modelo de fiesta más humano y cercano
El formato está creciendo y Kike ya sueña con llevarlo a artistas como Rosalía, Kase.O o Jordi Roca.
Mientras tanto, las sesiones continúan viajando por el mundo, convirtiendo cada cocina en un lugar de encuentro donde la gastronomía deja de ser solemne y se vuelve fiesta, baile y libertad.
Las Kitchen Sessions representan un nuevo lujo gastronómico: lo cercano, lo humano, lo irrepetible.
Un movimiento que está redefiniendo cómo socializamos alrededor de la cocina… y que promete seguir creciendo.