El placer de la sobremesa

Creado: Mié, 11/03/2020 - 08:00
Autor:
Credito
Rafael Ansón
Categoría
sobremesa

La mesa, la buena mesa, siempre ha sido y debe seguir siendo un lugar de encuentro, de convivencia, de confidencialidad, de conversación y de amistad.

En la mesa compartimos buenos momentos con los amigos, pasamos tiempo con la familia o nos reunimos con las personas del trabajo. Y es durante estos encuentros cuando surgen temas de conversación que quizás no surgirían en otro ambiente. Porque el momento de la comida se suele reservar para estar más relajados y conversar de una manera más cercana, permitiendo a las personas conocerse mejor y estrechar relaciones.

La mesa y la sobremesa nos permiten hacer un parón para desconectar del trabajo y de las tareas diarias, y centrarnos en las personas. Y, aunque no lo parezca, los temas de conversación que surgen durante la mesa son unos, y en la sobremesa, otros. Posiblemente, porque en la sobremesa nuestra atención ya no se dirige tanto a la comida como a las personas.

Por ello, creo que merece la pena recuperar esos momentos que nos permiten disfrutar de la experiencia gastronómica en compañía y dedicar más tiempo a socializar mientras reposamos la comida.

La distribución del tiempo en la mesa

Lo cierto es que antes la mesa duraba muy poco tiempo. En muchas ocasiones, consistía en un único plato y en el postre. Entonces, quedaba tiempo para la sobremesa. Era la época del café, la copa y el puro. Y también del cigarro o del pitillo.

El problema es que ahora las comidas son largas, algunas demasiado (pueden durar más de tres o cuatro horas) y no queda tiempo para la sobremesa. Por eso, en gran medida, se ha quitado tiempo al aperitivo, espacio ideal para la conversación, al igual que a la sobremesa, donde la conversación y la tertulia eran obligadas.

Si uno dispone de una hora y media o dos al mediodía, y de dos o dos y media por la noche, todo ese tiempo lo ocupa la mesa, es decir, los diferentes platos de la comida. El aperitivo lo tomamos ya sentados a la mesa y, el café, al mismo tiempo que se pide la cuenta y sale uno del restaurante.

Sin embargo, creo que es importante que los tiempos de la comida no agoten el tiempo del comensal. Que quede un mínimo de espacio para que, terminada la parte fundamental del almuerzo o la cena, todavía se disponga de un breve período de tiempo para tomar una infusión. Por tanto, habría que procurar distribuir los tiempos de otra manera, permitiéndonos reposar la comida y dar espacio para la conversación.

Recuperar la antemesa y la sobremesa

Si hablamos del aperitivo, pienso que sería bueno recuperar la costumbre de tomar cócteles, porque facilitan que la conversación sea más distendida y animada. A ser posible, de pie y en un lugar diferente de la mesa.

Respecto a la sobremesa, hoy en día la idea del café, la copa y el puro prácticamente ha desaparecido, por razones objetivas.

Al tratarse de una bebida estimulante, es natural que la gente tienda a tomar menos café, sobre todo en las cenas. Existe la idea de que si tomamos café a partir del mediodía vamos a tener dificultades para conciliar el sueño. Sin embargo, es habitual que la excitación inicial que nos produce la cafeína dé paso, al cabo de poco tiempo, al efecto contrario. En cualquier caso, al tener esta idea, muchas personas prefieren tomar una infusión.

Por otro lado, el puro en España queda absolutamente excluido, así como cualquier otro tipo de tabaco. Desde hace unos años, la llamada "ley antitabaco" prohíbe fumar en espacios cerrados y establecimientos de uso colectivo, incluyendo restaurantes, bares y cafeterías. Es cierto que se puede fumar en la calle, pero esto puede resultar incómodo en las épocas más frías o en las más cálidas.

Y en cuanto a la copa, lo cierto es que, en muchas ocasiones, al acabar la comida hay que regresar conduciendo al lugar de destino y, por tanto, el alcohol también queda descartado. Aunque también existe la costumbre de que uno de los comensales, el que conduce, se "sacrifique" y se abstenga para que el resto pueda tomar una bebida con algo de alcohol al terminar la cena o el almuerzo.

Por todo ello, así como para el aperitivo bastaría con recuperar los cócteles, si queremos ampliar la sobremesa sería conveniente pensar en algún tipo de bebida que no contenga sustancias estimulantes ni alcohol.

La comida y la compañía

Si bien es cierto que no todos contamos con el mismo tiempo para comer y conversar tranquilamente, el tiempo que le dedicamos sí puede distribuirse de una manera que nos permita disfrutar tanto de la comida como de la compañía.

Porque no hay que olvidar que lo fundamental es comer en compañía y que la mesa, la antemesa y la sobremesa tienen que continuar siendo lugares de encuentro, de convivencia, de convivialidad y de amistad.

Fuente: Revista Excelencias Gourmet No. 72

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