En torno al vino, casi todo tiene su ritual, su pequeña superstición y su arte. Tampoco se libra el gesto de descorchar una botella, ese acto simbólico que da paso a un vino destinado a acompañar la comida, la conversación y a envolver la Nochebuena de cierta magia. Desde la técnica de extracción hasta las herramientas elegidas, el descorche marca el inicio de la velada, un momento de expectación y elegancia que anticipa el disfrute. En esta carrera pausada, la meta es llegar al postre.
El primer paso para un descorche impecable es elegir un buen sacacorchos. Para crear esa atmósfera especial, lo ideal es optar por uno manual, ya sea de doble palanca o de alas. Conviene acompañarlo de un cortacápsulas —a menudo incorporado— o, en su defecto, de un cuchillo pequeño bien afilado que permita un corte limpio y preciso.
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Los pasos básicos para descorchar y servir con estilo
Cortar la cápsula por debajo del gollete.
Introducir el sacacorchos centrado y en vertical.
Extraer el corcho con un movimiento firme, lento y controlado.
Olfatear el corcho: este gesto ofrece pistas sobre la frescura y la calidad del vino.
Servir sin derramar una sola gota.
Brindar con los compañeros de mesa y disfrutar.
Descorchar bien no es solo una cuestión técnica, sino un gesto de cuidado y respeto hacia el vino y los comensales. En Nochebuena, los pequeños detalles también brindan elegancia.