En un momento en el que la moda y la gastronomía se cruzan más que nunca, colores inspirados en aceites tempranos, bolsos que parecen ostras, bodegones que se convierten en campañas de lujo, surge Sagó, una marca que va un paso más allá: convierte la estética en sabor y el estilo de vida en comida real. Una propuesta gastro-chic que promete revolucionar los menús del día a día… y los de Navidad.
Dos soñadores, una renuncia y un propósito: devolver el placer a la mesa
Sagó nace cuando dos fundadores, con carreras consolidadas en Madrid, deciden dejarlo todo para dedicarse a lo que realmente aman: la gastronomía.
No querían abrir un restaurante ni crear un catering ni lanzar una marca gourmet más.
Querían solucionar un problema real: quienes aman comer bien, pero no quieren, o no pueden, cocinar durante horas.
Su filosofía es tan simple como brillante: productos gourmet artesanos que llegan listos, y solo requieren un gesto final.
Nada de fogones, nada de técnicas complejas.
Solo colocar, mezclar o calentar.
La magia ya está hecha.
Tres universos para tres maneras de disfrutar
Boxes temáticas
Cajas pensadas para convertir una cena cualquiera en un plan extraordinario.
Platos individuales listos para un toque final
Recetas artesanas que parecen de restaurante, pero están listas en minutos.
Despensa gourmet
Conservas, aceites, mantequillas creativas, snacks premium y joyas culinarias que elevan cualquier mesa.
Sagó entiende que, hoy, comer bien es también comer bonito.
Sus productos buscan ser tan deliciosos como instagrameables. Lo demuestra su Gilda Sagó, una reinterpretación estilizada del aperitivo más trendy del momento, o sus Carrilleras de cerdo al curry rojo con puré de chirivía, que resumen el ADN de la marca: sabor profundo, técnica impecable y cero complicaciones.
Y luego está la Vela de Mantequilla: una vela real hecha de mantequilla comestible que derrite, literalmente, la frontera entre diseño y gastronomía.
La estética del lujo que ahora se come
La alta cocina inspira editoriales de moda, campañas y colecciones cápsula.
Los verdes del AOVE, los naranjas cítricos mediterráneos, los rojos de un pimiento cristal… son ahora paletas cromáticas del lujo contemporáneo.
¿Por qué?
Porque la exclusividad ya no está en lo caro, sino en lo que requiere tiempo, artesanía y origen.
España, con su cultura del producto, vive un momento dorado: aceites de almazara familiar, conservas perfectas o anchoas del Cantábrico son el nuevo objeto de deseo. Y Sagó captura justamente ese espíritu.
La nueva manera de comer gourmet en casa
Comer no es solo alimentarse.
Es compartir, disfrutar, conversar… vivir.
Pero alguien siempre carga con la compra, la preparación, el emplatado y los tiempos de cocina.
Sagó nació para liberar a quien cocina y devolver el foco a lo importante: la mesa, la conversación y el recuerdo compartido.
Sus tres pilares:
1. Calidad de producto
Ingredientes seleccionados, productores confiables, técnicas respetuosas y sabor auténtico.
2. Experiencia sencilla y original
Productos pensados para sorprender sin esfuerzo.
Platos que parecen de alta cocina con un toque final mínimo.
3. Momentos especiales sin complicaciones
Sagó quiere que el anfitrión disfrute tanto como los invitados, sin estrés, sin horas en la cocina y sin renunciar al placer de comer bien.
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