IV Festival Gourmet: un encuentro para cambiar mentalidades y dialogar

Creado: Mar, 01/12/2015 - 18:33
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Por: Antonio López Sánchez
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IV Festival Gourmet: un encuentro para cambiar mentalidades y dialogar
Un exquisito menú, con platos de alta factura y aportadora sobremesa, podría ser una de las más justas valoraciones a la hora del resumen. Así podemos calificar el IV Festival Gourmet que, como cierre del telón del mes de noviembre y en la habanera Casa del Benemérito de las Américas Benito Juárez, se celebró durante tres intensas jornadas. El cónclave, un sabroso cocido de múltiples ingredientes, permitió que la gastronomía en su más amplia acepción fuera mostrada desde las plurales miradas de las artes visuales, la historia, la literatura, la música, las cocinas regionales y otras diversas experiencias e investigaciones.
   “Este es un encuentro diseñado para cambiar mentalidades y dialogar. Para ensanchar la percepción de la gastronomía y abordarla desde la más amplia variedad”. Con esta afirmación, luego cumplida, presentó el espacio la especialista Alicia García, una de las almas impulsoras del evento y a la cabeza de su comité organizador. En consonancia con este criterio, es posible afirmar que, si algún elemento puede resumir las esencias de este Festival, de seguro radica en su amplitud de miras, su variopinta gama de actividades, y el alto nivel, rigor y buen gusto que las caracterizó en general.
   Saboreando el menú
   Resulta poco menos que imposible hacer un mapa detallado de las tres fechas que tuvo el Festival Gourmet. La mesura del oficio, el espacio disponible, obligan a regalar apenas algunos bocados de lo que constituyó un agradable festín. Sin embargo, tratando de pintar de lo bueno lo mejor, algunos momentos destacan por propia valía. 
   En apretadísima síntesis, hagamos el intento. Del día inaugural, sobresalen los análisis del tratamiento de los temas gastronómicos en la televisión nacional. Las muchas dificultades que padecen quienes se empeñan en estos tópicos y la imaginación e inventiva que deben ejercer para llevar a cabo sus proyectos, tuvieron protagonismo. Destaque para José Rafa Malém, Presidente de la Asociación de Cantineros de Cuba, por su llamado a no satanizar las bebidas alcohólicas en los medios nacionales de difusión, a la vez que exhortó a enfocar los esfuerzos hacia educar en el beber con responsabilidad. Por cierto, Malém hizo el grato anuncio de la pronta salida del libro Un brindis por mi Habana: Sus bares y sus historias, un texto que se adentra en las memorias del gremio cantinero y sus geografías.
   Hubo un espacio para la memoria, con la proyección del corto Con pura magia satisfechos, de Constante (Rapi) Diego, ya fallecido. La hermana del director, Josefina de Diego, evocó anécdotas del rodaje y presentó el material. Un documental que dejó un agridulce nudo en la garganta, a medio camino entre el humor y la nostalgia, al disfrutar del ingenioso guion, y su música, y volver a ver en las pantallas a esa inolvidable maestra y excelente comunicadora que fuera Nitza Villapol.
   En la misma cuerda cinematográfica, hubo otra muy amena experiencia. Roberto Viña, por entonces director asistente, desgranó la narración de algunas incidencias culinarias en el rodaje de esa joya fílmica cubana que es La última cena, de Tomás Gutiérrez Alea. 
   Para el cierre de la tarde, estuvo la presentación del señor Javier Villaseñor, Agregado Cultural de la Embajada de México en Cuba, para inaugurar la exposición fotográfica ¿Quiénes cocinan en Cuba?, de Alain Gutiérrez Almeida y las piezas e instalaciones de la artista mexicana Silvia Arana y del artesano Roberto Ripoll. Luego, con mieles, cantos y cubanísimos sabores, los orishas que guardan esta Isla bendijeron al evento y sus participantes. La muestra y degustación Del altar a la mesa, con las chefs Niobe Díaz y María Caridad Melgares, fue uno de los más altos y logrados momentos de todo el Festival.
   En el día intermedio, el audiovisual regresó al protagonismo, con la muestra de los cortos Anfitrión y Miénteme bien, Jackie Chang, y los análisis del crítico y periodista Frank Padrón, hablando de la relación entre la gastronomía y el actual audiovisual. Luego los boleros, eternamente desengañados de bares y cantinas, con las intervenciones de Miguel Hernández, Ciro Bianchi y José Galiño, recordaron amores malogrados y pasiones espirituosas. De igual modo, la memoria, la preservación de patrimonios nacionales, la colaboración comunitaria, fueron los aspectos que detalló Yoandra Álvarez al socializar la experiencia del proyecto El Divino.
   México tuvo una importante presencia, en especial con las exhibiciones de la importante chef María del Carmen Saenz, invitada especial al encuentro, quien, además de un sustancioso conversatorio, presentó platos típicos de la muy variada cocina azteca. Los refranes y piropos de la cultura popular cubana que pasan por la cocina, en investigación de la cienfueguera Liana Chongo, y el estilismo, diseño y fotografía de alimentos, en conferencia de Frida Padrón y Alain Gutiérrez, fueron algunas de las otras acciones y actividades en este día. 
   En la jornada de cierre, también hubo momentos de altos quilates. Las experiencias contemporáneas en la cocina, en palabras de los chefs Veimar Loyola y Santiago Gutiérrez, abrieron las puertas del día. La magnífica ponencia del investigador bayamés Domingo Cuza, rememoró raíces de las bebidas tradicionales cubanas y las ocasiones que ameritan sus preparaciones y usos. 
   Significativo fue también el espacio para las formas no estatales de la gastronomía actual en el país. Las experiencias capitalinas de Esto no es un café, el Café de los Artistas y el Art Pub, así como del cienfueguero restaurante Las mamparas, fueron buena muestra de las posibilidades y logros del sector privado nacional. El arte como entorno y cercanía del cliente, la pluralidad de opciones y ofertas, el buen gusto, las posibilidades de elegir entre múltiples opciones, se dejan ver en estas propuestas.
   La presencia del arte, que contó con el saber del crítico y artista Manuel López Oliva, ofreció el análisis de abordajes singulares a la gastronomía. El performance, como hecho artístico asociado a la elaboración y presentación de alimentos, como vehículo para la mezcla de lecturas y significados, centró la exposición del ponente.
   La cultura de la sobremesa, uno de los temas capitales de este Festival, y los diez cocteles clásicos de la tradición cubana, tuvieron también su representación. Hubo historias, anécdotas, explicaciones que estuvieron animadas además por degustaciones de estos tragos y por un singular maridaje entre chocolatería, bebidas y habanos. 
   Asimismo, brindaron sus aportes el grupo Excelencias, la Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba, la Corporación Alimentaria y una representación de sitios web dedicados a temas gastronómicos, entre ellos Cuba Paladar y A la mesa. De todos esos temas, se habló largo y tendido.
   El cierre tuvo broche de telas y desfiló a la moda, en una pasarela titulada Sincretismo, bajo la firma de la diseñadora mexicana Nélyda Acosta.
   En busca del punto de sal
   A modo de conclusión, resulta lícito calificar como muy positivo el balance general de este IV Festival Gourmet, por su variedad y la solidez de cada propuesta. Para futuras ediciones, tal vez se podría acortar un tanto la gama de actividades de cada día. Escoger, de lo mucho bueno posible, lo mejor, elevaría la calidad de este espacio y rendiría mayores frutos. Aunque disminuya el número de acciones, si estas son de alta hechura, los signos se inclinarán nuevamente al lado de las ganancias, de visibilizar buenas prácticas. Los resultados, entonces, aportarían mejores experiencias y expandirían más las posibilidades de descubrir y recorrer las muchas aristas que arman hoy la gastronomía nacional.
  Así pues, hemos saboreado ya el último bocado de este amplio menú de artes, cocinas y cultura. Como el deleite de un cubanísimo ajiaco de abundantes ingredientes, servido en mesa de lujo, ha sido la grata huella que deja este Festival en el paladar de los aprendizajes y saberes. Las ganas de más, tienen ahora por delante la espera del próximo encuentro. De seguro, con el mismo buen gusto y entrega de este, con un mejor menú, logrará también ser una satisfactoria fiesta para todos los sentidos. 

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Por: Antonio López Sánchez