¿Qué come el mundo en Navidad y Fin de Año?

Creado: Lun, 24/12/2012 - 10:40
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Por: Ernesto Montero
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¿Qué come el mundo en Navidad y Fin de Año?

Desde que los romanos declararon a enero como el mes del dios bifronte Janus, que mira delante y detrás, por lo cual le representaban con dos rostros, uno barbudo y viejo y el otro jovencito, la costumbre fue poco a poco entrando en Europa, y de allí extendiéndose al resto del planeta.

Sin embargo, la cena de Nochevieja, el 31 de diciembre, no se convirtió en una festividad de moda hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX, pues a diferencia de la Navidad casi siempre se celebra entre amigos y en grandes reuniones.

Eso no excluye que cada cultura tenga sus diferencias. Las asiáticas, por ejemplo, así como muchas amerindias, se siguen guiando por el calendario lunar, por lo cual no es extraño que el año nuevo lo celebren avanzado enero, e incluso en febrero, cuando cambia la Luna.

Muchas, también, son las tradiciones para esta fecha. La mayoría de los países católicos van en la madrugada a escuchar la Misa del Gallo, la primera del año, aunque en España, por ejemplo, la costumbre es despedir el año que se va comiendo doce uvas al son de las campanas, en una iniciativa que data de 1909, cuando unos vinateros lanzaron una campaña para deshacerse así de las uvas sobrantes de su cosecha.

En Alemania, en cambio, se queman castillos de fuego para espantar a los espíritus malignos, mientras que en varios países de Suramérica se fabrica un muñeco gigantesco y se quema a las doce de la noche.

En Noruega se celebra el Hogmanay, una fiesta donde se busca un barril de madera, se le prende fuego y se lo pone a rodar por las calles para abrir paso al próximo año.

Y no faltan quienes vayan al mar, aunque con características muy diferentes. En Brasil, por ejemplo, las hijas de Yemayá encienden velas y lanzan al océano pequeños barcos llenos de flores y regalos; mientras que en los Países Bajos y otros del norte europeo la tradición es darse un baño de mar el primer día del año, solo que hay que ser muy valiente, pues allí es invierno y la temperatura del agua es muy baja.

Sin embargo, donde mejor se refleja el arcoiris de costumbres para celebrar el nuevo año es en la mesa, en torno a la cual gira toda la fiesta, con exquisiteces propias de cada lugar.

Aquí también cambian las cosas, especialmente de acuerdo al hemisferio en el cual se esté, pues mientras en el norte es invierno en el sur es verano, pero también a las creencias y costumbres religiosas.

En Venezuela, por ejemplo, antes que den las 12 de la noche las familias se reúnen en sus hogares y preparan una «hallaca», caldero lleno de carnes, con condimentos y rellenos, que se regala a los amigos durante la noche de víspera de Año Nuevo.

Argentina, en cambio, en pleno verano, prefiere las ensaladas frías, la carne de cerdo agridulce y las frutas, aunque al igual que en la mayoría de los países colonizados por los españoles permanezca la costumbre de los turrones, el pan dulce y las uvas a las doce de la noche.

En Perú ha vuelto a ponerse de moda la «pachamanca», una comida de origen inca donde se cocinan varias carnes al calor de la Madre Tierra. Y en Benin se toma abundante «chapalo», una especie de cerveza fermentada, mientras se sacrifican animales y se bebe parte de su sangre como ofrenda a los dioses por una buena cosecha.

En Cuba se come lechón asado, con congrí (arroz con frijoles), yuca y ensaladas de estación; mientras que en Inglaterra predomina el cordero asado, y muchos en Estados Unidos prefieren ese día un buen filete de res. Sin embargo, quizás donde mayor significado tenga la mesa en el Nuevo Año sea en las culturas asiáticas, pues cada plato tiene un motivo. Así, en China es típico poner pescado (yu), que representa abundancia; la cebollina (chiu-tsai) que significa eternidad; los nabos (tsai-tou) de buen augurio; o se preparan bocadillos como el pudín de arroz glutinoso (nien-kao), para desearle a la gente que «avance hacia cargos más altos».

Los japoneses, igualmente muy ceremoniosos, gustan que en la mesa haya comidas «largas», como los fideos, los brotes tiernos de bambú o los frijolitos de soya, alimentos que simbolizan larga vida, por lo cual es costumbre también preparar el maki-sushi.

¡Ah! Y antes de las doce del día del Año Nuevo, en todos los hogares de Japón es tradición que la persona coma la misma cantidad de frijoles de soya que los años que cumplirá, como una forma de asegurarse una larga vida.

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