El Club de Vinicultores de La Habana “La Giraldilla” confirmó el interés de mantener y conservar el rigor en la producción de los vinos de todos sus miembros ante la baja turística que comprende el periódico que se extiende de junio a octubre, se conoció en La Habana.
Durante la reunión mensual de sus integrantes, realizada en la Casa de Cultura de Centro Habana, Keiler Rodríguez Blanco, presidente de esa agrupación, impartió a sus socios una conferencia especializada sobre el uso de fosfato de amonio como factor de crecimiento nitrogenado indispensable para un buen desarrollo de las levaduras de vinificación.
Utilizado como activador de la fermentación alcohólica, este producto se maneja también como nutriente de la levadura en la elaboración del vino, aguamiel y cerveza, y debe emplearse con la dosis exacta, porque de no cumplirse puede hacer daño, advirtió.
Se refirió asimismo a otro producto que se emplea con frecuencia en la industria enológica como conservante y fungicida que es el metabisulfito de potasio, y el uso de unos 20 gramos evita que el vino se oxide, preserva su aroma y lo preserva, de ahí su importancia.
Resaltó Rodríguez Blanco a los miembros del Club en Cuba que este aditivo añadido al vino proporciona una mayor conservación, y le ha dado muy buenos resultados pues se obtiene mejor clarificación y bouquet, así como un excelente olor, sabor y color en el producto.
Manuel Farinas, otro de los vinicultores citadinos, expuso su experiencia en el cuidado de esas bebidas en este período, en el que existe un deceso en las ventas, y para lo cual empleó también el metabisulfito de potasio en la preservación de sus vinos, que se conservaron mejor y no descendieron las cualidades organolépticas.
Al concluir la conferencia, los representantes del gremio cataron y valoraron cinco vinos que aportaron los vinicultores Rodolfo Somonte Ríos, propietario de los proyectos Deroymas, D'Maza y Rodrigar (propiedad del propio Rodríguez Blanco).
