Integrado por sommeliers, maîtres, bartenders, cantineras, chef de cocina, periodistas, comerciales, y otra serie de profesionales, el Proyecto Mujeres del Vino trabaja desde el 8 de marzo de 2010, cuando se creó oficialmente en el Hotel Santa Isabel, con el ánimo de promover en la sociedad cubana una cultura del vino y la sommelería.
Una de sus principales impulsoras, la sommelier profesional Miriam Alfonso Sosa, también integrante del Club de Sommeliers de Cuba, conversa con Excelencias acerca de ese mundo femenino, que surgió por una pasión extraordinaria hacia el vino.
¿En qué consiste el trabajo que realiza Mujeres del Vino?
En este proyecto cultural nos reunimos un grupo de mujeres aficionadas al vino. En su mayoría, quienes comenzamos también teníamos una relación directa con el vino, ya fuera por ser sommeliers, bartenders, comerciales o gastronómicas, pero después se nos han ido uniendo otras personas con intenciones de conocer. Nuestro principio básico es promover la cultura del vino y la salud, pues esta bebida provee a las personas de condiciones para mejorar su salud. Esa es la idea.
Además, queremos llevarlo a las distintas capas de la sociedad, mediante actividades, talleres y artistas de la plástica. Y verdaderamente nos ha ido muy bien captando jóvenes que sienten afición por el vino.
¿Y por qué eligieron el día internacional de la mujer para constituirse como proyecto?
Porque también queremos tener vínculos con organizaciones relacionadas con la mujer. De alguna manera, en el 50 aniversario de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) tuvimos un contacto con las muchachas que atienden la FMC Nacional y la de provincia Habana. También hemos tenido a Rosita Fornés y a Haila en actividades nuestras.
¿Qué motivan las actividades que realizan?
Las actividades siempre las hacemos con motivos diferentes, las dedicamos a una región de vino en específico, o a un país, o simplemente a una fecha histórica. Celebramos el natalicio de José Martí, el Día Internacional de la Mujer, el día de las madres y el de los padres, que en este último invitamos a sommeliers hombres para que participen con nosotros; siempre y cuando tengamos la posibilidad de probar algún vino, porque si no, lo hacemos en un marco más estrecho dentro de nuestra directiva de doce personas y realizamos catas técnicas para este grupo que fue el que comenzó.
Y para conocer de las actividades que ustedes realizan, ¿cómo pueden hacer las personas interesadas?
Generalmente, mantenemos contactos por correo, pero ahora estamos preparando una página en Facebook, que va a estar al alcance de más personas, para que conozcan nuestras actividades.
Sin embargo, no siempre convocamos a mucha gente, porque depende del vino que tengamos para probar. Este proyecto cultural es un poco osado, porque el vino no es un producto económico, es un producto caro, y si vamos a enseñar de vino, tenemos que dar a probar vino, para que las personas aprendan a identificar y distinguir sus aromas, sabores y demás características. Aunque cuando no tenemos vino, hacemos entonces conferencias y talleres de formación para brindar conocimientos.
Nosotras buscamos la manera de sumar personas, pero está en dependencia también de las posibilidades que tengamos.
¿Qué peculiaridades tienen las mujeres sommeliers de Cuba?
Bueno la sommelier de Cuba, como todas las mujeres cubanas, es muy sensible y preparada para captar aromas y olores. Nosotras vivimos en un clima muy favorable para eso, porque tenemos sol, aire fresco, y es un clima donde tú tienes la posibilidad de sentir el aroma de las flores, de especies en la cocina, porque tenemos una cocina muy variada. La cocina criolla está dotada de mucha mezcla. Entonces eso te posibilita que la mujer desde su casa, ya tenga conocimiento en su memoria afectiva de determinados aromas que los incorpora luego en la cata.
¿Qué perspectivas tiene hoy el proyecto Mujeres del Vino?
Pienso que el proyecto tiene perspectivas futuras de llegar a otras redes sociales. Queremos también llegar en algún momento a los niños y adolescentes, solo que es un proyecto que como te estaba diciendo constituye a veces un reto para poder acceder al vino.
