Los aromas organolépticos de algunos licores y su fortaleza pueden combinar muy bien con algunos habanos, especialmente los destinados a las damas, para quienes el placer de maridarlos será único e inolvidable.
Sin lugar a dudas los licores son una de las bebidas más universales, ya que no se conoce ningún rincón de nuestro planeta donde no se elabore alguno. Es más, también es muy probable, que aparte del agua, sea la bebida más antigua del mundo.
En todas las sociedades conocidas, desde las grandes civilizaciones de la antigüedad, de oriente a occidente (China, la India, Mesopotamia, Egipto, Mesoamérica, los Andes), hasta nuestros días, se han elaborado y consumido muchos tipos de licores. El aprendizaje de su elaboración, a diferencia de otros productos, ha sido empírico, autóctono. Cada pueblo, cada sociedad, ha sabido por sí sola elaborar los suyos. Quizás por ello, la fabricación y el consumo de los mismos ha estado siempre muy ligado al reino de la magia, de lo ritual, del chamanismo.
Eran el brujo de la tribu, el chaman del pueblo, los sacerdotes del templo, los monjes recluidos en sus monasterios, los que guardaban celosamente las recetas y procedimientos para la elaboración de los innumerables licores y proclamaban sus excelentes virtudes, pues su consumo, decían, tenía efectos curativos de extrañas enfermedades y desconocidas dolencias. Y eran también magníficos elixires digestivos, reponedores de fuerzas perdidas y reconstituyentes sexuales.
Por su parte, el Habano constituye un producto líder en el mercado mundial, con un sabor exclusivo adquirido de la naturaleza del suelo en que son plantadas las hojas de tabaco, unido a los conocimientos y la experiencia de los tabacaleros cubanos.
La marca Habanos representa una denominación de origen reservada para una selección de las más prominentes vitolas, cuyos tabacos se confeccionan siguiendo normas muy rigorosas. En su mayoría se hacen totalmente a mano aplicando métodos cubanos que se utilizaron por primera vez en La Habana hace casi dos siglos.
En ningún lugar del mundo se cultiva un tabaco mejor que el de Cuba. Pero incluso aquí solo algunas tierras o vegas escogidas se consideran aptas para cosechar el tabaco con que se confeccionan los Habanos. Estas son las vegas finas de primera, que se caracterizan por la excepcional calidad del suelo y su microclima, así como por las excepcionales habilidades desarrolladas a la hora de cultivarla.
En la actualidad, por su calidad los Habanos son un ícono de consumo a nivel mundial. En los principales círculos de negocios y reuniones sociales de las principales ciudades del mundo se consumen en su más amplia gama el habano, no solo por los hombres sino por un número creciente de ilustres damas que engalanan el aroma de nuestros habanos con su presencia y se deleitan con su sabor inigualable. Si a ello vinculamos el exquisito sabor de algunos licores, que en nuestra opinión armonizan excelentemente con los Habanos, pudiésemos lograr una trilogía imposible de igualar.
La sublime combinación de Habanos, mujer y licor pudiese constituir una muestra de buen gusto y redunda en un incremento de la venta de los habanos en el mercado interno e internacional, mediante un concepto novedoso y placentero.
Mundialmente es conocida la alta aceptación y consumo de licores por las damas. Dentro de ellos existe una amplia gama, pues se diferencian por la materia prima que les dio origen. Es decir, existen licores a partir de frutas naturales, granos, hierbas, crema de leche, y también a partir de destilados a los que se les añaden mieles, cítricos y frutas, entre otros.
Sin embargo, no todos los licores son recomendables para los Habanos. Por ejemplo, no se deben combinar Habanos de cualquier calibre y fortaleza con licores de crema de leche y whisky como lo puede ser el Baileys, Carolans y Millwood, ni tampoco con licores que contengan huevo y leche como la crema catalana y el Advocat, pues estos contienen aromas lácteos, algo empalagosos para maridar con Habanos.
Por otro lado, no convienen tampoco los licores anisados como el Pernod francés, el Galiano y el Sambuca italianos, el Raki turco, el Anís del mono español y cualquier otro tipo de Pastis, pues estos son licores extremadamente aromáticos, intensos y dulces que no combinan bien con los Habanos.
En el caso de los licores de frutas naturales, su esencia también se aleja de la naturaleza de los Habanos, pues estos contienen una excesiva fruta que no permite que el habano luzca sus aromas y complejidades.
Sin embargo, existen licores favoritos entre las damas muy afines a los Habanos como pueden ser los licores de whisky y miel como el Drambuey y el Irish Mist, los de Cognac aromatizados con cáscara de naranja como el Grand Marnier, los de brandy y cítricos como el Mandarine Napoleón, los licores con base de café como el Kahlua y el Tía María, los licores míticos de hierbas aromáticas como el Benedictine y el Chartreuse, y los que tienen como base frutos secos como el Frangelico y el Amaretto.
Con estos licores y algunas de las vitolas de Habanos ofrecemos una sugerencia de maridaje para damas, teniendo en cuenta la intensidad de ambos elementos.
Se han tenido en cuenta los aromas organolépticos de los licores y su fortaleza para determinar la sugerencia de Habano que puede ser más acertada. Otras valoraciones pueden existir al respecto, pero saber clasificar los licores permite acertar en el momento de maridarlos con Habanos.
Las señoras van a sentirse más a gusto con estas combinaciones. También estarán más a tono en la mesa, pues pueden acompañar a los hombres en ese momento final de mesa. La bebida será distinta. El Habano será diferente. Pero el placer será único e inolvidable.
LICOR HABANOS VITOLA GALERA SABOR
Benedictine y Chartreuse Hoyo de Monterrey Hoyo du Roi Coronas Suave
Kahlua / Tía Maria San Cristóbal El Príncipe Minuto Medio a Suave
Amaretto y Frangelico Romeo y Julieta Petit Julieta Entrealto Medio
Drambuey / Irish Mist Cohiba Panetela Laguito no. 3 Medio a Fuerte
