El vino es una experiencia cultural

Creado: Dom, 02/11/2014 - 12:55
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Por Ricardo Potts
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El vino es una experiencia cultural
Nacida en 2013 a iniciativa de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), como responsable del Producto “Rutas del Vino de España”, la de Rueda tiene como objetivo dinamizar desde un punto de vista turístico el territorio donde se circunscribe esa Denominación de Origen, integrada por doce municipios cuya tradición vitivinícola se remonta al siglo XI y que ha configurado aspectos importantes de la personalidad del territorio.
Un total de 68 socios -comercios, restaurantes, alojamientos, bodegas y otras entidades, forman parte de esta Ruta del Vino en la que el visitante puede disfrutar multitud de atractivos repartidos por los trece municipios: desde antiguas bodegas subterráneas medievales a importantes monumentos de gran valor histórico, sin olvidar una amplia oferta de alojamiento y restauración.
Un Gran Viaje – nos dice Angeles Jiménez-, no se define por el exotismo o la lejanía de su destino, bien lo saben quienes gustan de poner tierra de por medio, descubrir nuevas sensaciones y atesorar experiencias que rompan la rutina cotidiana. La Ruta del Vino de Rueda es uno de esos lugares, con atractivos para todos los tipos de viajeros.
En esta época –enfatiza- en que los turistas no quieren sólo tirar fotos y ver paisajes, sino acumular experiencias, la Ruta del Vino de Rueda les ofrece una gran diversidad de actividades, que van desde muy variados tipos de catas hasta la vendimia nocturna, que es algo excepcional. También tenemos las caminatas y paseos en bicicleta entre viñedos, lo que significa poder conocer, tocar y probar las variedades de uva, probar los mostos, catas maridadas con cosméticos, o catas sensoriales con frutas
Las bodegas y establecimientos de la ruta – apunta la directiva- tienen también experiencias muy especiales, como por ejemplo dormir en una bodega y realizar en ella un tratamiento de vinoterapia, lo cual es algo muy exclusivo pero en la Ruta está al alcance de todos.
Las actividades enoturísticas se estaban realizando desde hace tiempo en la región, pero desde que fue creada la ruta se ha producido un incremento importante. No tenemos aún cifras exactas –expresa Ángeles- pues nos las dará a fin de año ACEVIN, pero llevamos meses funcionando a mucha intensidad y desde mi punto de vista creo que hemos cubierto una demanda latente en el territorio. Por los datos que recibimos de la bodegas, se ha producido un incremento de alrededor del 20% con respecto al 2013.
Recibimos visitantes de muchas procedencias, sobre todo de Europa y de Estados Unidos como emisores extranjeros, pero el flujo más importante nos llega desde Madrid, seguido del país vasco y comunidades del norte de España –afirma- y para el gusto de ese viajero actual urbano, exigente y moderno, concentramos una colección de estímulos que llenan las expectativas de cualquiera y que, concentrados en una escapada de pocos días, se convierten en una experiencia que no se olvida, se recomienda y se repite.
 
La esencia de Castilla en la historia
Doce municipios -La Seca, Matapozuelos, Medina del Campo, Nava del Rey, Olmedo, Pozaldez, Rueda, Serrada, Tordesillas, Villaverde de Medina y Fresno el Viejo, además de laMancomunidad Tierras de Medina- componen la Ruta del Vino de Rueda, y podría decirse que reflejan la esencia de Castilla. Pueblos y villas de un riquísimo patrimonio -recintos amurallados, colegiatas, castillos, templos mudéjares, conventos, palacios, monasterios, plazas mayores porticadas- testigos y escenarios de algunos de los mayores hitos de la historia de España -desde el paso de Cristóbal Colón por Medina del Campo a la muerte de Isabel la Católica en 1504, también en Medina, pasando por la firma del Tratado de Tordesillas en 1494 entre Castilla y Portugal, que definió el reparto del Nuevo mundo entre estos países.
De monumentos está igualmente bien surtido: El Palacio Real Testamentario y el Castillo de la Mota en Medina del Campo, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Rueda, la Real Chancillería y las murallas en Olmedo o el Real Monasterio de Santa Clara y las Casas del Tratado en Tordesillas, son solo algunos de los monumentos que jalonan la Ruta del Vino de Rueda. 
 
Viajar en la máquina del tiempo.
El municipio de Olmedo debe su nombre la abundancia de olmos en la zona, como se ven en el Parque Temático del Mudéjar de Castilla y León, con una extensión de casi 15.000 m2 en los que se distribuyen veintiuna réplicas arquitectónicas a escala 1:8; construidas con ladrillos del tamaño de un dedo, y en el que podemos hacer un recorrido por el mudéjar castellano y leonés.
Pero más conocido es el municipio por la inmortal obra de Lope de Vega “El caballero de Olmedo”, y en su nombre se abrió en 2005 en la plaza de San Julián el Palacio Caballero de Olmedo, que posibilita una visita histórica, literaria y emocional a través de Castilla y el Siglo de Oro con el teatro del Fénix de los Ingenios.
Hablamos prácticamente de un viaje en la máquina del tiempo sin H.G. Wells, pero con modernas técnicas expositivas, tecnologías de avanzada y escenografías de acabado realista, que permiten una inmersión sensorial que revive los personajes literarios hasta hacerlos casi reales.
 
Experiencias gastronómicas
No hay Gran Viaje sin una gran experiencia gastronómica, y la Ruta del Vino de Rueda es también un destino donde los gourmets se sentirán recompensados. En cualquiera de sus establecimientos, desde el Pecado Artesano en Gomeznarro hasta el Rincón del Viento, en Ventosa de la Cuesta, pasando por otras decenas más, las tentaciones seducen los sentidos.
Estamos hablando de una tierra bendecida con manjares de la huerta y la ganadería -el lechazo asado con Indicación Geográfica Protegida (IGP) o el cochinillo, ambos asados en horno de leña, las lentejas de La Armuña y los garbanzos de Fuentesaúco o las setas y hongos otoñales, así como quesos de vaca y oveja, las cuajadas o el requesón-, donde la cocina más tradicional ha sabido reinventarse respetando la tradición y sus modos de preparación, además de ofrecer la posibilidad de adquirir cualquiera de estos u otros productos para continuar disfrutándolos en casa.
 
Tendencias múltiples e innovadoras
Las tendencias turísticas más innovadoras también tienen cabida en la Ruta de Vino de Rueda. Desde tratamientos de salud y belleza en el Balneario Palacio de las Salinas, a la apuesta por la agricultura ecológica de la Finca Las Caraballas, pasando por actividades equinas en el Cortijo Los Expolios o las propuestas de turismo religioso del Centro Cultural San Vicente Ferrer, además de las múltiples actividades en viñedo como catas, senderismo y rutas en bicicleta.
 
Y desde luego, las bodegas
El vino da fama y nombre a esta tierra, que históricamente ha producido uno de los mejores vinos blancos del mundo, el vino de Rueda, sobre el que se origina esta Ruta. Su alma: la uva verdejo, aunque no la única importante, elaborada desde el siglo XI y cuya tradición se ha mantenido hasta hoy gracias al trabajo y talento de bodegas como las catorce asociadas en la Ruta: Reina de Castilla, Protos y Javier Sanz Viticultor, en La Seca; Emina, en Medina del Campo; Aura, Félix Sanz, Grupo Yllera, PradoRey, Finca Montepedroso y Pagos del Rey, en Rueda; Val de Vid e Hijos de Alberto Gutiérrez, en Serrada; El Albar Lurton, en Villafranca de Duero; y Castelo de Medina, en Villaverde de Medina.
Entre ellas hay para todos los gustos: bodegas tradicionales caracterizadas por sus galerías subterráneas, intactas desde la Edad Media,  y bodegas modernas en primera línea de innovación. Entre todas, ofrecen un recorrido por la cultura del vino desde la antigüedad hasta nuestros días. Sus caldos son habituales en los hogares y en los restaurantes de España y, cada vez más, del extranjero, y son habituales en lo más alto de los listados enológicos internacionales.
Como bien asevera Ángeles Jiménez, la Ruta del Vino de Rueda es tan versátil porque sus socios y establecimientos lo son, están constantemente reinventándose y ofreciendo actividades nuevas. Como botón de muestra, anuncia para el futuro una feria del vino especializada e itinerante, así como eventos y festivales en colaboración con la Junta de Castilla y León,
Vamos a vincular mucho la Ruta con temas culturales que llegan mucho al público –concluye- porque el vino, es también una experiencia cultural.

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