Claves para la inocuidad de los alimentos

Garantizar la inocuidad de los alimentos, reconoce la FAO, es un proceso complejo y multifactorial que involucra a toda la cadena alimentaria, desde la producción, recolección y almacenamiento, hasta la preparación y el consumo. La contaminación puede ocurrir en cualquiera de esas etapas, aunque realmente gran parte de las enfermedades transmitidas por alimentos se debe a que han sido preparados o manipulados de forma incorrecta en el hogar, en establecimientos que sirven comida o en los mercados.

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Por lo general, tales padecimientos son de carácter infeccioso o tóxico, y comprenden un espectro muy amplio, pues los alimentos insalubres pueden ser la causa de más de 200 enfermedades con consecuencias graves o mortales. Lactantes y niños pequeños, embarazadas, adultos mayores y personas con patologías subyacentes, son los más vulnerables, si bien ningún grupo poblacional está exento de padecerlas.

Frente a la propagación del nuevo coronavirus, mantener un óptimo estado de salud es esencial para prevenir complicaciones en el cuadro clínico de los pacientes diagnosticados con la COVID-19. Al ser una enfermedad respiratoria la OMS plantea que es muy poco probable que se transmita mediante alimentos o envases de productos alimenticios, pero mantiene su alerta a la comunidad internacional sobre la importancia de prepararlos y manipularlos de forma adecuada, ya sea en el momento de la compra o al almacenarlos y consumirlos.

Debido a la actual crisis sanitaria, la adopción responsable de medidas higiénicas se ha convertido —quizás como nunca antes— en una práctica imprescindible para todos los sectores de la sociedad. Además de recomendaciones específicas de higiene de los alimentos incluidas en el número 73 de esta revista y en nuestro sitio web, compartimos estos consejos de la Organización Mundial de la Salud para garantizar el consumo de alimentos inocuos y evitar así las enfermedades producidas por la insalubridad de los mismos.

Claves para la inocuidad de los alimentos

Mantener la limpieza

Lávese las manos antes de preparar alimentos y con frecuencia durante su elaboración.
Lave y desinfecte todas las superficies y equipos utilizados en la preparación de alimentos.
Proteja los alimentos y las áreas de cocina de insectos, plagas y otros animales.
Lávese las manos después de utilizar los servicios sanitarios.

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Separar los alimentos crudos y los cocinados

Separe las carnes rojas, la carne de ave y el pescado crudos de los demás alimentos.
Use equipos y utensilios diferentes, como cuchillos y tablas de cortar, para manipular los alimentos crudos.
Conserve los alimentos en recipientes separados y con tapa para evitar el contacto entre los crudos y los cocinados.

Cocinar completamente los alimentos

Cocine completamente los alimentos, especialmente las carnes rojas, la carne de ave, los huevos y el pescado.
Hierva los alimentos como sopas y guisos hasta asegurarse de que han alcanzado los 70°C. En el caso de carnes rojas y pollo, asegúrese de que los jugos sean claros y no rosados. Se recomienda el uso de un termómetro.
Recaliente completamente los alimentos cocinados.

Mantener los alimentos a temperaturas seguras

No deje alimentos cocinados a temperatura ambiente durante más de 2 horas.
Refrigere lo antes posible los alimentos cocinados y los perecederos (preferiblemente por debajo de los 5°C).
Mantenga la comida caliente, a más de 60°C, antes de servir.
No guarde alimentos durante mucho tiempo, aunque sea en el refrigerador.
No descongele los alimentos a temperatura ambiente.

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