Hace unos días tuve el placer de volver a Granada, como decía en su canción el popular cantante local Miguel Ríos, para disfrutar de un almuerzo singular. Presidía la clausura de una serie de once comidas desarrolladas en la ciudad andaluza a lo largo del último año, en la que diferentes restaurantes fueron recreando menús basados en personajes históricos de la provincia, adaptándolos al contexto en el que vivieron.
Bajo el nombre de “Siéntate a la mesa de …”, me parece una excelente forma de combinar historia y gastronomía, dos disciplinas que mezclan de maravilla, al contrario que el agua y el aceite. Una gran idea del cronista gastronómico Pablo Amate, granadino y universal, apoyado por el Ayuntamiento que encabeza José Torres y con la implicación especial de la concejala de Turismo Por la serie fueron desfilando más de una decena de personajes vinculados con Granada, como la Reina Aixa, Eugenia de Montijo, Mariana Pineda, Federico García Lorca, Alonso Cano o Ángel Ganivet y restaurantes como Las Tinajas, Casa Juanillo, Chikito, La Borraja, Huerto de Juan Ranas o Los Manueles. Para que el viaje en el tiempo fuera completo, los organizadores de los menús fueron ideando una serie de escenografías que decoraron cada restaurante y se desarrollaron también diferentes intervenciones teatralizadas.
El segundo hotel más antiguo de España
La clausura, a la que felizmente pude acudir, tuvo lugar este mes de enero en el excelente marco del Hotel Alhambra Palace, enclavado en plena Ciudadela de la Alhambra, en un lugar protegido por la Unesco, con su decoración genuinamente nazarí y sus cuidadas estancias. Es con sus 105 años, de hecho, el segundo hotel más antiguo de España en activo.
El almuerzo (que contó con la asistencia del alcalde, la concejal y el cronista) se desarrolló en este escenario precisamente en homenaje a su fundador, Julio Quesada Cañaveral, el VIII Duque de San Pedro de Galatino, aristócrata, político, empresario y visionario, cuya vida transcurrió a caballo entre el siglo XIX y el XX. El título nobiliario tiene origen hispano-napolitano y Julio Quesada era un habitual en el reducido séquito que acompañaba al entonces Príncipe Alfonso, futuro monarca, en sus viajes por Europa, ya fueran de recreo o de estudios.
Un gran emprendedor turístico
El Duque fue, sobre todo, un gran emprendedor, por lo que protagonizó muchas de las iniciativas que se pusieron en marcha en Granada y su provincia en el tránsito entre los dos siglos. Fue, entre otras cosas, un gran pionero de la industria turística, al construir no solo el Alhambra Palace sin también, en Sierra Nevada, el Hotel del Duque. Además, su iniciativa permitió trazar la carretera que comunica la capital nazarí con Sierra Nevada, al margen de un tranvía que durante un tiempo comunicó ambos escenarios. Falleció en 1936, poco antes del estallido de la Guerra Civil, y fue enterrado en la catedral granadina.
El menú de este almuerzo final estuvo basado en el que se sirvió el día de Año Nuevo de 1910, coincidiendo con la inauguración del hotel, a la que acudió el Rey Alfonso XIII, quien precisamente había rehabilitado el título de Duque de San Pedro de Galatino. Y, como corresponde a la época de principios del siglo XX, la inspiración de los diferentes platos era claramente de corte francés.
Una actualización a cargo de Francisco Rivas
El menú (preparado y actualizado por el jefe de cocina del hotel, Francisco Rivas, y su equipo) me pareció estupendo y estuvo integrado por consomé de ternera “Trois Filets” al perfume de vino de Jerez, huevos poché “Gran Duque” sobre bacalao con espinacas napado con salsa holandesa y trufa negra; costillar de cordero al horno con hierbas provenzales y patatas “parisien” y, de postre, biscuit glacé con frutas del bosque y crema de vainilla.
Durante el almuerzo se escenificó la vida y obra del propio Duque, llevada a cabo por los actores y actrices de la compañía “Teatro para un instante”, dirigida por Miguel Serrano y patrocinada por Cervezas Alhambra.
La acción conjunta del Ayuntamiento y las empresas de hostelería, a través de los hitos que prestigian la ciudad, creo que ha conseguido animar la oferta turística granadina, incentivar el sector y, sobre todo, convertirse en un reclamo para la promoción de un servicio de calidad.
Porque Granada es un gran destino turístico universal y, paso a paso, se está convirtiendo en nueva y poderosa meca gastronómica. Enhorabuena al Ayuntamiento y a Pablo Amate por tan interesante iniciativa.
