Los vinos serán para todos, excepto para los futbolistas, durante la Copa del Mundo de Suráfrica

Creado: Jue, 10/06/2010 - 15:41
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La gran fiesta del fútbol se traslada por primera vez a Suráfrica y es de suponer que serán muchos los aficionados que acudan allá siguiendo a sus selecciones, con lo cual tendrán la oportunidad de probar los excelentes vinos de este país, vetados para los futbolistas que estén jugando.

Aunque para el buen gourmet lo más interesante son, seguramente, los vinos, no le faltarán oportunidades de probar otras bebidas excelentes como las cervezas, que en Suráfrica son excelentes, sobre todo las de tipo lager, pues el país tiene una larga tradición cervecera.

En cuanto al vino, hay que decir que su historia es antigua. No tanto, sin embargo, como la de muchos vinos americanos, ya que las primeras plantaciones de vides en países como México, Chile, Argentina o Perú datan del siglo XVI y las primeras noticias sobre la “vitis vinifera” en Sudáfrica son de 1654, aunque el primer vino sudafricano se elaboró en 1659.

El gobernador holandés Simon van der Stel, en 1679, estableció una granja en Groot Constantia y se dedicó a producir vinos de calidad. Más importante para el vino sudafricano fue la llegada, en 1688, de los hugonotes franceses, éstos sí con mucha más tradición vinícola que los holandeses.

Durante bastante tiempo, los vinos de Sudáfrica entraban en la categoría de vinos de postre, que querían recordar los oportos; hay sherry sudafricano, pero no data de más allá de los años 40 del siglo pasado. Pero lo que nos interesa son los vinos que podríamos considerar de mesa.

En esa gama hay muy buenas elecciones, fundamentalmente las provenientes de tres zonas situadas en las cercanías de Ciudad del Cabo: la región costera, con lugares que suenan al aficionado, como la citada Constantia, Paarl o Stellenbosch; la región de Boberg y la pujante Breede River Valley.

Se elaboran tintos de calidad, desde luego, con las variedades universales: merlot, cabernet sauvignon… Los pinot noir son bastante interesantes, y del cruce de esta variedad borgoñona con la que los sudafricanos llamaban hermitage -se trata de la cinsault, propia del sur de Francia- nació la variedad conocida como “pinotage”, que domina. Hoy, de todos modos, los tintos más interesantes de Sudáfrica son los elaborados con otra variedad “cálida”: la syrah.

Entre los blancos hay buenos chardonnays, pero los más conseguidos son los elaborados con sauvignon blanc, vinos muy elegantes, muy agradables, perfectos para consumir con unas ostras del Cabo, por ejemplo, mientras se sigue con entusiasmo a la selección preferida para ganar el mundial de fútbol.

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