Fórmulas para reciclar el aceite de cocina

Creado: Jue, 10/06/2010 - 15:49
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Fórmulas para reciclar el aceite de cocina

El aceite doméstico usado puede tener una segunda vida al reciclarse para fabricar nuevos productos como biodiesel o jabón, en vez de botarse por el caño y generar contaminación, pues según cálculos una familia de cuatro miembros es capaz de generar entre 18 y 24 litros de aceite usado al año.

El aceite de cocina es un residuo peligroso para el medio ambiente, además de que verterlo por el desagüe puede provocar una obstrucción en las tuberías. La grasa, al enfriarse, se adhiere a las paredes de las conducciones y actúa como un imán para otros residuos, formando un tapón que impide que el agua fluya libremente.

Pero no es este el problema mayor que plantea el aceite doméstico, pues al salir por los desagües muchas veces termina llegando a los ríos o el mar, donde puede formar una película superificial que dificulta la oxigenación de las aguas al impedir el intercambio gaseoso con la atmósfera. Además, se adhiere a las agallas de los peces alterando su capacidad respiratoria.

El aceite vegetal (oliva o girasol) utilizado para freír puede reutilizarse varias veces, siempre procurando usarlo para freír el mismo tipo de alimentos y filtrando las impurezas tras cada uso.

El aceite de oliva resiste mejor las altas temperaturas que el de girasol, por lo que admite más usos. Pero, en general, no conviene emplearlo más allá de tres veces, ya que el calor hace que el aceite pierda sus propiedades nutricionales.

Cuando el aceite no vaya a usarse más, se debe guardar en un recipiente de plástico que se pueda tapar y llevarlo a un punto de recogida de residuos de este tipo si existiese, donde es utilizado para fabricar biodiesel.

Otra manera más casera de reciclar el aceite de cocina consiste en emplearlo para elaborar jabón, según una sencilla receta al alcance de cualquier consumidor.

El primer paso es filtrar el aceite para eliminar las impurezas y los residuos sólidos. Se vierten 125 ml de aceite de cocina junto con 100 ml de agua en un recipiente grande y resistente y se bate, a mano o con batidora, hasta que la mezcla emulsione.

Después se añaden 20 gramos de sosa cáustica y se remueve cuidadosamente durante una media hora o el tiempo que lleve que se forme una mezcla gomosa y espesa. La sosa cáustica ha de manipularse con mucho cuidado, usando guantes protectores, ya que es un producto altamente corrosivo.

Se puede añadir un poco de aceite esencial o de suavizante para la ropa para mejorar el aroma del jabón resultante. La mezcla, que estará caliente después de añadir la sosa, se deja enfriar, como mínimo, hasta el día siguiente. Una vez fría, la masa sólida podrá trocearse en pastillas de jabón.

Este jabón es muy útil para lavar la ropa y la vajilla, no tanto como jabón corporal pues su pH no está controlado.

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