El origen de la palabra guacamole deriva de la palabra Nahualt ahuacamolli, que significa aguacate (ahuacatl) + salsa (molli). Los aztecas preparaban la salsa guacamole moliendo aguacates, tomates y sal en un mortero. Fue el Dios azteca Quetzalcoatl quien se lo ofreció a los toltecas y de este modo se extendió por gran parte de Centroamérica.
Es un platillo muy típico, sano, nutritivo y sencillo de preparar, todo un clásico de la cocina mexicana.
Su exótico sabor y su textura lo convierten en un delicioso acompañamiento para muchos platos (tacos, empanadas, tamales, quesadillas, nachos, carnes y una infinidad de platillos preparados con maíz).
Su ingrediente estrella es el aguacate y para prepararlo se puede elegir entre los cientos de variedades que existen.
Cuando llegue el momento de seleccionar un aguacate hay que tener en cuenta lo siguiente: al tocarlo presionar ligeramente para comprobar que no está completamente duro. Estará en su punto justo si se nota esponjoso, blandito pero no demasiado.
Es preferible que el guacamole se consuma justo después de su preparación, puesto que se oxida con mucha facilidad, se oscurece perdiendo su sabor y propiedades.
Existe un truco para conservarlo más tiempo: introducir en la salsa guacamole el hueso del aguacate, tapar el recipiente con papel de film transparente y guardar en la nevera. El limón que contiene la salsa también ayuda a que no se oxide.
Es mejor añadir los aguacates al final, cuando ya estén todos los demás ingredientes preparados, para evitar su oxidación al contacto con el aire.
Receta de guacamole para 4 personas
Ingredientes
* 3 aguacates de tamaño mediano
* 1 tomate maduro pelado
* ¼ de cebolla picada muy fina
* ½ limón
* Aceite de oliva
* Sal
* 1 chile picante sin pepitas y picado fino (opcional)
* 1 pizca de cilantro (opcional)
* Nachos para servir (opcional)
Preparación: Pelar el tomate, despepitar y trocear la pulpa. Exprimir el zumo del medio limón en un cuenco y añadir el tomate picado, la cebolla picada, el cilantro picado y el chile en trozos pequeños. Añadir sal sólo si no lo se va a utilizar como salsa para nachos, puesto que éstos contienen mucha sal.
Partir el aguacate en dos cortándolo alrededor del hueso, separar las dos mitades, pelar y deshuesar sin tirar el hueso a la basura. Cortar la pulpa en dados y aplastar con un tenedor.
Añadir el aguacate al resto de los ingredientes y mezclar muy bien. Como último toque, añadir un poco de aceite de oliva. Para su presentación espolvorear con un poco de cilantro para decorar y acompañar con nachos.
