El consumo excesivo de alcohol podría provocar un daño físico y neurológico

Creado: Dom, 18/05/2014 - 16:56
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América Latina es la segunda región en el mundo con mayor consumo per cápita de alcohol, y Chile es el país donde se dan los índices de ingesta más elevados, según un informe publicado esta semana por la Organización Mundial de la Salud (OMS), alcanzando un consumo per cápita de 9,6%, seguido de Argentina (9,3) y Paraguay (8,8).
Ante estas cifras resulta necesario hacer un análisis del daño que genera el consumo excesivo de alcohol, tanto a nivel físico como neurológico, pero también la necesidad de una política pública que permita un mayor control de esta preocupante situación.
Estilos de vida
El estudio recoge las estimaciones sobre porcentajes de consumo de alcohol en el mundo basados en las estadísticas proporcionadas por los propios países. Si se divide por sexos el informe revela que los chilenos consumen 13,9 litros anualmente y las chilenas 5,5 litros.
Para el seremi de Salud, Víctor Arancibia, este aumento en el consumo es una realidad que tenemos que asumir. “Hoy los estilos de vida permiten que la gente pueda acceder con más facilidad a ese tipo de drogas, lamentablemente, no mensuran que este exceso en el consumo de alcohol va a traer repercusiones a lo largo de toda la vida”, precisó.
Desde el punto vista médico plantea que lo preocupante es el daño hepático alcohólico que genera este consumo excesivo, sobre todo la cirrosis hepática, patología en la que Chile lidera en incidencia y prevalencia a nivel mundial. “La juventud que está llevando a cabo estos altos límites de consumo excesivo, no mide el efecto a largo plazo ni el daño neurológico que pueden tener a corto plazo. Por último hay que considerar que hay gente que es especialmente sensible al alcohol, que son las mujeres, un poco que ellas tomen y la cirrosis aparece antes”.
Además, lo que ha cambiado es el patrón de consumo de una proporción significativa de sus habitantes que lo ubica entre las naciones con alto grado de riesgos y daños derivados, que finalmente son a nivel sistémico (físico y neurológico).
Problemas gástricos y hepáticos
Si bien los daños hepáticos se generan a largo plazo, hay otros daños que también adquieren relevancia, por ejemplo, a nivel gástrico y sexual. El médico internista de IntegraMédica, Julio Barrios, detalla que si bien la población asocia el alcohol a la cirrosis hepática, éste también provoca daños en otras partes del cuerpo.
Barrios detalla que entre los principales efectos que tiene al alcohol a corto plazo está la capacidad de concentración. “La concentración en lo que estoy haciendo disminuye, es por eso que dificulta la conducción y por eso la ley de tolerancia cero lo prohíbe porque disminuye la capacidad de atención, la capacidad de alerta, al igual que los reflejos a nivel de cerebro”, indicó.
A nivel digestivo puede producir gastritis, úlceras, hemorragias digestivas y podría complicar cuadros que la persona ya tiene, pero Barrios explica que si no se tiene nada puede producir gastritis. Además, agregó que “en los hombres puede producir impotencia o disfunción eréctil, mientras que en las embarazadas puede producir alteraciones en los niños en gestación. Pensando en las personas con patologías previas, descompensa a los diabéticos y les altera el azúcar. A una persona con la presión alta se la sube, y si no es hipertensa también la aumenta. A largo plazo anemia y el daño hepático son frecuentes”, sostuvo el médico internista.
Si bien la gastritis se le va a quitar, sí va quedando a largo plazo el daño del hígado y eso sí, en general han ido aumentando a nivel nacional, principalmente el hígado graso y la cirrosis hepática propiamente tal, que en Chile es bastante frecuente.
Con la cirrosis, “el hígado se llena de cicatrices en forma interna y con ello la persona se comienza a intoxicar con todas las sustancias que el hígado no filtra porque ha perdido su función. Esta es una patología irreversible y su solución estaría sólo en un trasplante hepático porque no hay otra forma de filtrar la sangre que no sea por el hígado, es decir, tiene una función irreemplazable”, precisó el profesional.
Desde la neurología
El neurólogo del Hospital San Pablo de Coquimbo Fernando Molt precisa que el alcohol es un tóxico, un etílico o etanol, y que a nivel del sistema nervioso tiene efectos que, en general, son nocivos, que incluso consumido en dosis bajas puede producir dependencia, ésta es física cuando el cuerpo se vuelve dependiente de dosis de este tóxico y también puede ser psicológica porque el alcohol tiene efectos ansiolíticos.
“A nivel del sistema nervioso central produce daño desde temprana edad. Existe lo que se llama el síndrome alcohólico fetal, donde el alcohol produce daño en la madre y además en el feto. Son niños que tienen mal rendimiento escolar, que nacen con algunas dismorfias (deformaciones) y con algunas alteraciones de desarrollo del sistema nervioso central”, detalla el neurólogo.
En los jóvenes, que es en general en donde comienza el consumo de alcohol, produce importantes problemas en el desarrollo intelectual, un punto relevante porque es justamente el grupo etario donde se abusa del consumo de alcohol y que puede producir un daño a nivel neuronal. “El cerebro de una persona se termina de desarrollar entre los 25 y los 28 años. Si uno lo expone todas las semanas a este fármaco que es el etanol, claramente va en detrimento de ese desarrollo”, indicó el neurólogo.
Con ello puede producir alteraciones en el desarrollo de esas neuronas para finalmente afectar a la memoria, la conducta e impulsividad. Cuando estos jóvenes llegan a la adultez y han comenzado con un consumo crónico de alcohol produce atrofia en el cerebro, eso quiere decir que hay zonas del cerebro que se achican. “Uno después ve la resonancia o el escáner y efectivamente hay zonas del cerebro que están más pequeñas, esto produce fallas en la memoria como dije anteriormente, fallas conductuales, apatía, desmotivación y especialmente en la parte del cerebro llamada cerebelo del encéfalo, donde puede producir atrofia de este órgano y derivar en alteraciones de la marcha”, detalla Molt.
Todas las personas que son alcohólicos crónicos pueden tener una marcha inestable, se caen frecuentemente, tienen un andar tambaleante, incluso sin alcohol, porque éste ya produjo el daño. Si a nivel sistémico ya produjo un daño hepático, secundariamente puede desarrollarse un daño neurológico, lo que se llama una encefalopatía hepática. “Al no ejecutar el hígado su función como fabrica metabólica, sus desechos se pasan al torrente sanguíneo y esto en el cerebro produce este cuadro de encefalopatía, en el cual el paciente está más lento y puede incluso llegar a estar en coma debido a ello, o sea, secundariamente igual va a producir un daño importante a nivel neuronal”, precisó Molt.
Para el seremi de Salud, este informe es un llamado de alerta, por ello plantea que “dentro de las políticas públicas que tiene que hacer el país y en particular el Ministerio de Salud debe plantear en forma muy potente y seria la prevención del consumo de alcohol y otras sustancias nocivas entre los jóvenes”. Fuente: diarioeldia.cl

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