Los Syrah son vinos perfectos para dar la bienvenida al otoño. Puede ser seguramente un vino con cuerpo, pero no es tan complejo como un Cabernet y entrega menos profundidad alcohólica que muchos Zinfandels y Chateauneuf du Papes, por lo cual es perfecto para esta época del año.
Sus aromas naturales humeantes, con mucho cuerpo, equilibrados por toques de frambuesa negra crujiente y frutos negros, recuerdan los sabores y aromas de la temporada otoñal.
Estructuralmente, el Syrah viene equipado con ligeros ácidos y taninos finos que lo hacen un vino igualmente agradable a la mesa de comedor o para beber solo.
En el pasado muchos "Nuevos" productores mundiales trataron de domar la Syrah. La mayoría ha llegado a la conclusión ahora que simplemente son muchos los sabores y matices que tiene esta uva, así como los estilos de vino que entrega.
El Syrah producido en climas más calientes, con frecuencia comparado con este "Nuevo" estilo mundial, son fundamentalmente diferentes de los de climas más serenos, que tienen una naturaleza suave y fruta más pronunciada.
Por eso la Syrah pasa por una crisis de identidad, y es el bebedor el beneficiario de esto, ya que puede conseguir excelentes vinos a precios económicos, antes de que el mundo descubra de nuevo esta uva y vuelva a ocupar su lugar entre los vinos más finos del mundo.
La Syrah (Shiraz) es realmente una de las pocas uvas que pueden tener un éxito global, pues combina un corazón con mucha carne en la fruta de baya madura con tonos que se extienden de herbario a pimienta, en un paquete final que se empareja con su buena acidez y taninos moderados.
Con la edad los vinos de Syrah pueden ganar notas más fuertes a frutas negras, lo cual los hace una gran elección para platos más complejos.
