La dueña del restaurante australiano Wafu, especializado en comida japonesa, se cansó de ver los restos de comida que dejaban sus clientes e implantó una multa para aquellos que dejen alimentos.
Según la nueva política de Wafu, los usuarios deben terminarse todos los platos, que son orgánicos y libres de gluten, lácteos, azúcar y huevos, o deberán elegir la próxima vez otro establecimiento donde comer.
En Wafu los vegetales y las ensaladas no son decorativas y también hacen parte de la comida, por lo cual la chef Yukako Ichikawa y sus empleados son los encargados de decirles a los clientes que no terminan sus porciones que la próxima vez elijan otro restaurante.
En su sitio web para explicar la medida la chef afirmó que "no sólo estamos comprometidos con servir comidas que nutran y respeten el cuerpo, sino dedicados activamente a la noción de prevención del gasto y a tomar seriamente nuestra responsabilidad con el medio ambiente".
