El grupo Freixenet ha facturado más de 500 millones de euros en el ejercicio cerrado en abril de este año, según anunció ayer su presidente, Josep Lluis Bonet, 200 millones de botellas, de ello el 60% es de cava y el resto de vinos tranquilos producidos en sus 18 bodegas distribuidas por siete países de tres continentes.
Casi el 70% de la facturación de Freixenet procede de la exportación y de las ventas de Burdeos. Con esas cifras, el grupo se sitúa en novena posición del ranking de compañías vitivinícolas del mundo, confirmó Bonet.
Los resultados de Freixenet responden, según su presidente, a la «gran decisión estratégica» adoptada en 2007 de colocar Carta Nevada en la categoría de «reserva», lo que supone un mínimo de 15 meses de crianza en bodega frente a los 9 a que obliga el Consejo Regulador del Cava.
Esta decisión de aumentar la calidad llevó parejo un aumento de los precios de esta marca en un 25% en 2007 y casi un 9% el año pasado. José María Ferrer, director comercial de Freixenet, aseguró sin embargo que para este año los precios se mantendrán sin subidas.
