Vender vino en Asia: ¿aventura, oportunidad o necesidad?, ha sido el título de su ponencia que ha suscitado muchas preguntas e inquietudes tal vez por el desconocimiento que existe sobre el tema.
La exportación es sin duda necesaria para sacar adelante producciones que crecen en un país donde el consumo sigue una trayectoria contraria, pero usted afirma, como es cierto que la exportación a terceros países, sobre todo en Asia, si no se hace de forma profesional y con el apoyo de expertos, puede ser una aventura.
Sin duda. Aunque las aventuras no tienen por qué ser malas, como también explico, pero evidentemente no se puede tomar a la ligera. Estamos hablando del futuro del vino y del futuro de España.
Si te das cuenta, toda esta recuperación económica viene bastante impulsada por dos factores: la exportación y el turismo. La exportación, además de que exportar productos de alimentación no sea tan extraño para el mercado nacional, pero sí está empezando a ser muy importante.
Cinco elementos fundamentales que deben tener en cuenta quien quiera exportar, sobre todo a estos países de Asia.
Pues, lo primero es paciencia, lo segundo es la inversión, lo tercero es perseverancia – hay que continuar -, lo cuarto es no pensar que está tan lejos – estamos hablando de negocios y los negocios se hacen igual en todos los países -, y la quinta sería el respeto hacia los clientes y hacia los consumidores.
¿Hay que tener algún elemento específico, tomar precauciones específicas, conocimiento específico para poder hacer esto, desembarcar en Asia con el vino y no morir en el intento?
Bueno, morir en el intento se van a morir, porque el progreso incluye nueve pasos hacia atrás y diez hacia delante. Por lo tanto, alguien se va a tener que equivocar alguna vez. Pero efectivamente hay suficiente información, medios, yo creo que en exceso, para poder hacerlo y hacerlo bien. El problema puede ser que hay información en exceso. Lo que hay que discernir es cuál es la buena porque información hay mucha.
Usted ha tenido experiencias en ese aspecto, ¿no?
Sí, nosotros llevamos siete años exportando desde que el consumo medio de vino en China era de dos cucharaditas por habitante al año, hasta ahora que ya estamos en una botella de tres cuartos.
Hemos ido creciendo mucho todos juntos en los últimos ocho años, pero hay mucho por crecer. Se crece muy aprisa. El consumo empieza a notarse que influye mucho en el bienestar de la gente. La parte de la salud, que parecía algo superfluo, ahora es importante. Los chinos se dan cuenta de que tomando vino tinto se alarga la vida, se engorda menos, se tienen menos enfermedades dentales. Todo esto está calando muy bien allí.
¿Qué me dice de los gustos y preferencias de ese mercado entre el vino dulce, el jerez, el tinto, el blanco?
Yo creo que, sin darse cuenta, ellos también están haciendo maridaje. Les gusta más el vino tinto para celebrar por las noches, pero en las mañanas o las comidas de media mañanapueden tomar vino blanco. Los vinos dulces les gusta para celebrar y los espumosos para brindar. Eso es el éxito. Lo ven cuando gana alguien las carreras de coches o de motos en la tele. Ellos también quieren brindar con esas botellas.
Sería absurdo que yo pudiera decir lo que les gusta a mil seiscientos o a dos mil millones de personas. Por eso tampoco creo cuando la gente dice va diciendo “es que a ellos les gusta esto o lo otro”. Hay que tomarlo con bastante precaución. Son mucha gente.
