El helado es probablemente uno de los postres que más gustan a todo el mundo. Existe la falsa creencia de que es difícil de hacer en casa. Es el momento de demostrar que es más fácil de lo que parece y que no es necesario disponer de ninguna máquina especial, ni añadirle ningún tipo de estabilizante.
La base de cualquier helado es una crema inglesa, y a partir de ahí se le puede añadir cualquier ingrediente para hacerlo del sabor deseado.
Ingredientes para la crema base:
½ l. de leche
125 gr. de azúcar en polvo
6 yemas de huevo
100 ml. de nata liquida para montar
Preparación: Poner a hervir la leche con la mitad del azúcar a fuego medio. Mientras tanto batir las yemas con el resto del azúcar hasta que nos quede una crema blanquecina.
Cuando la leche empiece a hervir, agregarla al recipiente de las yemas batidas y mezclar bien con una varilla. Una vez mezclado, volver a poner toda la crema en el cazo y cocer durante unos minutos a fuego lento sin dejar de remover, hasta que haya espesado un poco. Retirar del fuego y dejar enfriar.
Una vez la crema esté a temperatura ambiente, meter al congelador. Cuando veamos que empiece a congelarse le añadiremos la nata liquida batida ligeramente mezclándolo bien.
En el caso de añadirle sabores, esté será el momento adecuado de agregarle por ejemplo, cualquier fruta triturada o bien trocitos de chocolate. Pasada media hora volveremos a batir un poco más, y así sucesivamente hasta que adquiera la consistencia de helado.
Si no se va a consumir ese mismo día, es importante sacarlo del congelador una media hora antes de consumirlo y batirlo con la batidora eléctrica antes de servirlo para que tenga la consistencia cremosa. Fuente:saborgourmet.com
