Esto lleva al error de que hay que comer poca cantidad de alimentos, lo que hace muy duro seguir una dieta continuada, ya que no solamente hay que prescindir de determinados alimentos muy calóricos sino además quedarse con hambre en cada comida.
La dieta de alimentos disociados, por el contrario, se basa en la mezcla de alimentos. Hay combinaciones de alimentos que engordan y otras combinaciones que adelgazan, y son precisamente estas últimas combinaciones las que hay que aprovechar para perder peso sin pasar hambre.
Los tipos de alimentos
Los alimentos los podemos distribuir en tres tipos básicamente:
* Los vegetales. Este grupo está compuesto por frutas y verduras.
* Las proteínas. Suelen ser de origen animal, y en este grupo se incluyen carnes y pescados, así como los lácteos.
* Los hidratos de carbono. Lo forman las pastas, arroces, harinas, féculas y legumbres.
La combinación de los alimentos
La dieta de alimentos disociados se basa en combinar una serie de alimentos que aunque se ingieran en cantidad, el resultado final es que hacen perder peso. Para esto hay que seguir varias reglas:
* Regla 1: nunca se deben mezclar en una misma comida proteínas de distinto origen. Por ejemplo no podemos comer carne y pescado o ni siquiera carne de cerdo y ternera. Hay que elegir en una comida una proteína de un único origen.
* Regla 2: nunca se deben mezclar en una misma comida hidratos de carbono de distinto origen, por ejemplo pasta y arroz.
* Regla 3: nunca se deben mezclar en una misma comida proteínas e hidratos de carbono, por ejemplo pasta y carne, o arroz y pescado.
* Regla 4: los vegetales siempre deben de formar parte de la comida o cena, y son alimentos comodín. Es decir, el primer plato siempre será una verdura, y el postre será fruta con la excepción de la sandía y el melón, que deben tomarse solos.
Las excepciones a la dieta
Hay lógicamente alimentos que están totalmente prohibidos, como en todas las dietas, y que son precisamente los que aportan más calorías. Estos alimentos deben de eliminarse de la dieta ya que pueden llegar a anular el efecto de adelgazamiento basado en la combinación de los alimentos. Para esto también hay algunas reglas que hay que seguir y que se exponen a continuación:
* Regla 1: los dulces en general están prohibidos. Esto no significa renunciar al azúcar para endulzar el café por ejemplo, pero limitaremos su uso al mínimo.
* Regla 2: se puede tomar pan con las comidas, pero intentando que sea la menor cantidad posible. una rebanada de pan por comida de unos 2 centímetros de grosor.
* Regla 3: hay que evitar ingerir bebidas carbónicas, como refrescos o cerveza, así como bebidas endulzadas o azucaradas.
* Regla 4: los hidratos de carbono se limitarán a una o dos veces por semana. El resto de los días se procurará tomar verduras y proteínas.
* Regla 5: hay que limitar al máximo las grasas. Si se puede evitar comer sin aceite, mejor.
* Regla 6: hay que tomar algún alimento (fruta, yogur, etc.) tanto a media mañana como a media tarde.
La dieta de alimentos disociados
Teniendo en cuenta las reglas anteriores, ya podemos establecer cómo sería una dieta de alimentos disociados típica, e incluso plantear algunos menús que harán perder peso. Además el seguimiento se puede hacer diariamente, pudiendo perder en un día entre 100 y 200 gramos de peso, lo que hará que estemos más animados a seguir la dieta cuando veamos que los resultados se notan desde el primer día.
Un ejemplo de menú típico de esta dieta podría ser:
Desayuno: Café con leche y una tostada (sin mantequilla ni mermelada), o bien sustituir la tostada por dos churros. Evitar la bollería dulce.
Media mañana: Fruta en la cantidad que se quiera o bien yogur desnatado.
Comida: Un primer plato de verduras (crudas o cocidas) en la cantidad que se quiera, aliñadas sin aceite (se puede aliñar con limón, vinagre, especias, mostaza, etc.). Un segundo plato de carne o pescado a la plancha (del mismo tipo, por ejemplo salmón, pollo, etc.) en la cantidad que se desee. De postre fruta en la cantidad que se quiera, excepto melón o sandía. Por ejemplo, unas acelgas cocidas con limón y mostaza, unos filetes de pollo a la plancha, manzana, naranja, ciruela, etc.
Media tarde: Fruta en la cantidad que se quiera o bien yogur desnatado. Conviene combinar con lo que hayamos tomado a media mañana, ya que hay que ingerir calcio, así que si hemos tomado a media mañana fruta, tomaremos yogur por la tarde y viceversa.
Cena: Un primer plato de verduras (crudas o cocidas) en la cantidad que se quiera, aliñadas sin aceite (se puede aliñar con limón, vinagre, especias, mostaza, etc.). Un segundo plato de carne o pescado a la plancha (del mismo tipo, por ejemplo salmón, pollo, etc.) en la cantidad que se desee. De postre fruta en la cantidad que se quiera, excepto melón o sandía. Por ejemplo, una ensalada de tomate, lechuga, pepino, aceitunas, pepinillos, pimiento y cebolla, con limón, dos rodajas de salmón a la plancha, manzana, naranja, etc.
Consejos
Una o dos veces como mucho por semana se pueden sustituir las proteínas por hidratos de carbono, y reemplazar la carne o el pescado por pasta, arroz, alubias, etc., siempre procurando que no tengan excesiva grasa (arroz o pasta con tomate, alubias estofadas sin grasa, etc.).
Cuidado con el queso. No es un postre que pueda sustituir a la fruta ya que contiene proteínas que no se pueden mezclar. Se puede tomar entre comidas, o bien como segundo plato tras las verduras.
Aunque no hay limitación en cuanto a los tipos de pescado, los pescados azules más grasos se pueden hacer a la plancha sin necesidad de utilizar aceite, ya que ellos mismos sueltan grasa, por ejemplo sardinas o salmón.
Para la carne se pueden utilizar unas gotas de aceite, y en principio hay que elegir carnes magras. Aunque no hay ninguna restricción, el pollo y el conejo contienen menos grasa que el cerdo o la ternera, aunque no hay por qué privarse de comerlos.
La sandía y el melón no se pueden tomar de postre. Si se quiere, se pueden tomar a media mañana o a media tarde solos.
Fuente: suite101.net