La complejidad del Coñac

Creado: Jue, 07/01/2010 - 00:00
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La complejidad del Coñac

El coñac constituye una mezcla de aguardientes de uva añejados, algunos con más de un siglo de antigüedad, y se dice que es mucho más complejo de lo que se piensa, específicamente en nariz.

El coñac es un espirituoso con base de vino, por lo que sus aromas recuerdan a los vinos más sutiles donde también la uva, la fermentación y el envejecimiento en madera juegan un papel importante.

La diferencia es que el espectro aromático del coñac depende en mayor medida del envejecimiento prolongado y menos del carácter del terroir, aunque también el suelo influye en la calidad de las cepas, como es el caso de la floral Ugni Blanc, una de las que compone en mayor bebida la bebida espirituosa.

Las uvas cultivadas en el corazón de la zona de Cognac (Grande Champagne y Petite Champagne) producen espíritus delicados, de aromas marcados.

Las características se atribuyen al contenido de piedra caliza del suelo, y son estas las zonas que producen el mejor coñac, de elegancia y finura.

Los viñedos que rodean la zona central - Fins Bois, Borderies, Bons Bois y Bois Ordinaires - tienen suelos con diferentes composiciones de arcilla, arena y piedra caliza. Los espírituosos procedentes de las cepas de estas zonas son más ligeros, y poseen más aromas a fruta en su juventud.

Los aromas de fermentación se derivan de la calidad y salud de las uvas, así como de las cepas de levadura selectas para la fermentación. Un aspecto también crucial es la temperatura y la presencia (o ausencia) de oxígeno en la fermentación. Estos aromas poseen perfiles frutales, que incluyen banana, piña, manzana, pera y durazno.

Hay otros matices familiares en nariz del Cognac. El envejecimiento de roble aporta aromas en el vino, como la vainilla, clavo de olor, pan tostado y de coco. Pero es solo durante el envejecimiento prolongado, la evaporación y la concentración de los aguardientes que se forma el carácter único del Cognac.

En las frías y húmedas bodegas a las orillas de la Charente, se evaporan los compuestos más pequeños, como puede ser el agua y moléculas más grandes, lo que lo hacen cada vez más concentrado. Nuevos aromas se forman por la lentitud y complejidad de las reacciones que tienen lugar con el tiempo.

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