Mambrilla de Castrejón, sobre la ribera del Duero, es tierra de viticultores, y desde el siglo XVI los documentos parroquiales registran los diezmos del buen vino elaborado en sus bodegas, donde el apellido Arranz está documentado desde esa centuria. A finales del siglo XX, “Viña Mambrilla” recoge la tradición de sus antepasados, y los Hermanos Arranz siguen elaborando sus caldos con el mismo esmero y pasión de sus ancestros. Excelencias Gourmet dialoga desde su stand en FENAVIN con Adela Arranz.
¿Es la primera vez que asisten a FENAVIN?
Es nuestra primera participación, pues aunque tenemos ya quince años de labor la feria es un evento muy solicitado e inclusive, en esta edición se han quedado más de 300 bodegas sin poder asistir por falta de espacio.
¿Qué piensan de la feria?
Me parece muy interesante, creo que puede haber mucho negocio, hay muchos importadores y realmente creo que la feria es impresionante. Creo que la gente que viene es especializada y con ganas de hacer negocio, no sólo a probar vino sino que quieren hacer negocios.
¿La Marca Alidis se creó junto con la bodega?
En 1999, pero la familia es viticultora desde el siglo XVI, desde entonces tenemos viñedos, algunos de más de cien años. Mi hermano Fortunato es el viticultor, sus hijos estaban estudiando y no pensábamos que se fueran a quedar, pero al final lo hicieron, dieron cursos de enología y entonces pusimos tecnología y decidimos hacer nuestra propia bodega. Tenemos 70 hectáreas de viñedo en Mambrilla de Castrejón, Burgos, un pueblo con bodegas naturales muy antiguas en esta zona de Ribera del Duero. Los viñedos son propios y están muy controlados por mi hermano que conoce todo sobre la viña.
¿Cuántas marcas de vino elaboran?
Actualmente siete tipos de vino: El Tinto Joven, de acero inoxidable a botella, el Roble con seis meses de barrica, el Crianza, el Reserva y el Gran Reserva, este último con las añadas consideradas excepcionalmente buenas. Además tenemos dos vinos de autor, el Expresión, de una viña de más de 80 años, que tiene microclima justo en la falda del Duero, con una relación de temperatura que nos da un caldo muy especial, y el V.S, de uvas seleccionadas en nuestros viñedos de más de cien años, todos bajo la marca Alidis, que se va abriendo paso por los mercados internacionales.
¿Están exportando a otros países?
La expansión internacional comenzó en 2002, hacia Estados Unidos y parte de Europa. Los mercados europeos están en Alemania, Gran Bretaña y el más importante es Suiza.
¿Están pensando en mercados emergentes como Europa del este, Rusia, China, y los de América latina como Brasil, México?
Eso estamos mirando, tenemos mucho interés en llegar a Rusia, México, Brasil en América Latina y estamos aquí precisamente porque nos interesa mucho contactar con compradores de estos países.
¿Todos sus vinos siguen controles y reglas estrictas?
Efectivamente, los controles son muy rigurosos desde la viña, comenzando por la poda, que es manual y artesanal, luego los tratamientos que son mínimos y sobre todo la vendimia muy artesanal, a mano, muy seleccionada y luego esto pasa a bodega.
¿Qué ventajas se derivan de tener viñas propias, y no comprar uva a otros viticultores?
Yo diría que no es el secreto del buen vino, sino más bien la realidad de un buen vino. Cuando tienes viñas propias, por ejemplo mi hermano es un viticultor apasionado, se las conoce al dedillo y sabe cómo va cada una de ellas. Nuestra viña da un vino que podría ser inclusive ecológico, pues les damos un tratamiento mínimo y el control es exhaustivo.
¿Qué producción anual tienen?
Alrededor de 250 mil botellas, en dependencia de los años, pues la cifra varía porque como sólo utilizamos uvas de nuestros viñedos, depende de la añada, y limitamos la cantidad en busca de la calidad. El tiempo ha demostrado que el negocio se ha mantenido y ha crecido, y el reconocimiento nacional e internacional lo ha respaldado. Hemos recibido diversos premios, entre otros el Bacchus de Plata 2013 al Reserva 2009, la medalla de Plata en el Concurso Mundial de Bruselas 2012 y el Alidis Reserva 2010 con medalla de oro, y sobre todo la Gran Medalla de Oro en Iberwine 2012 al Alidis Expresión 2009, elegido el mejor de toda la feria entre centenares de vinos de muchos países.
¿Tres claves para hacer un buen vino?
La primera es el tipo de tierra, tiene que ser arcillosa, realmente abrigada, luego la plantación de la viña que es tempranillo 100 por 100 y también su tratamiento. Siempre digo que mi hermano Fortunato es un apasionado del buen vino, siente hasta cuando las viñas lloran, conoce a la viña al dedillo, es impresionante todo lo que sabe y eso creo que es algo muy importante en el viticultor. Resumiendo, la tierra, la viña, el saber hacer y el trabajo continuo bajo control exhaustivo con gente muy especializada.
