El desarrollo de las llamadas Web 2.0 y 3.0 ha quitado la exclusiva de la comunicación gastronómica a los profesionales. Esta ha encontrado en Internet todo el espacio virtual necesario que precisaba para extender su revolución, sin necesidad de pagar el alto precio económico y ecológico del papel, así como el de distribución.
Así lo aseguró este martes el periodista gastronómico español Pablo Márquez, durante la segunda jornada del V Seminario Gastronómico Internacional Excelencias Gourmet La Habana 2015, que se realiza hasta este miércoles en el Hotel Memories Miramar Havana.
“Los medios de comunicación que se publican en Internet han aumentado la participación de los lectores mediante foros, chats, espacios de debate… La opinión de estos no va a estar ya limitada por el espacio fijo que hasta entonces había tenido el periódico. El desarrollo de las nuevas tecnologías ha abierto la posibilidad de la comunicación gastronómica al gran público, que se sum a la actividad de la crítica gastronómica aportando su opinión en la Red”, reflexionó Márquez.
Al decir del reconocido especialista, el comunicador gastronómico desarrolla una actividad didáctica (educar el paladar en las últimas tendencias evolutivas del gusto), valorativa del hecho gastronómico y persuasiva en el sentido de que trata de modificar una determinada conducta gastronómica.
Según recordó, el periodismo gastronómico surgió en el siglo XIX en la Francia postrevolucionaria, con la vocación didáctica de formar anfitriones entre la nueva burguesía napoleónica. Los recientes ocupantes de la cúspide del nuevo orden social, los burgueses, aspiraban a banquetear al estilo imperial, pero desconocían el arte del anfitrión.
El primer periodista gastronómico de la historia –dijo– enseñó a la nueva clase dominante el arte de la boca: cuáles eran los mejores restaurantes, las mejores tiendas de productos delicatesen o de la alta cocina, qué dar a sus invitados para convertirse de ese modo n los mejores anfitriones del nuevo París.
En el caso específico de España el boom del periodismo gastronómico tiene lugar durante el último cuarto del siglo XX, con el paso de la dictadura a la democracia. Esta especialidad periodística se estaba desarrollando en nuestros medios con la intención didáctica de extender la democratización del gusto recién salido de una dictadura. Los medios de comunicación se convierten en el soporte ideal para extender de forma masiva la democratización del gusto entre los ciudadanos.
Como parte de su intervención, Pablo Márquez aprovechó para debatir con gastronómicos cubanos sobre el desarrollo de la restauración en este país, y los exhortó a no perder la creatividad y las ganas, pese a las limitaciones de materia prima.
