Los alimentos pueden ser una excelente manera de curar muchos padecimientos, sobre todo por sus propiedades nutritivas y más aún si son orgánicos y se consumen lo más frescos posibles.
Sin embargo, es importante conocer que según la naturaleza, su sabor o color, cada alimento tiene propiedades curativas diferentes, que combinadas pueden ayudarnos a mantener un estilo de vida más sano.
SEGÚN LA NATURALEZA DEL ALIMENTO:
Alimentos calientes y templados: tonifican, calientan, mueven. Alimentos neutros: estabilizan, armonizan, centran. Alimentos frescos y fríos: refrescan, sedan, astringen, hidratan.
SEGÚN SU SABOR:
Alimentos ácidos: actúan sobre el hígado y la vesícula biliar. Alimentos amargos: actúan sobre el corazón y el intestino delgado. Alimentos salados: actúan sobre el riñon y la vejiga. Alimentos dulces: actúan sobre el bazo, páncreas y estómago.
SEGÚN SU COLOR:
Alimentos rojos: revitalizan. Alimentos amarillos: equilibran. Alimentos verdes: desintoxican, depuran. Alimentos negros: astringen. Alimentos blancos: purifican.