La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) afirmó hoy que urge cambiar los patrones actuales de consumo, de lo contrario el mundo necesitará incrementar la producción de alimentos en un 60 por ciento para el 2050.
Para esa fecha se calcula hay que alimentar a unos nueve mil millones de personas, por lo que en estos momentos el mundo puede sostenerse con menos cantidad de alimentos si recurre a la agricultura sostenible, reduce los residuos y frena el consumo excesivo.
En un documento preparado por la FAO para la Cumbre Río+20 se insiste en que uno de los grandes defectos de los sistemas alimentarios de hoy es que a pesar del considerable adelanto, cientos de millones de personas pasan hambre.
Tal situación ocurre, destaca el texto, porque no tienen los medios para producir o adquirir los alimentos necesarios para llevar una vida sana y productiva.
Sin embargo, es posible alimentar a la población con un incremento más pequeño de la producción de alimentos, especificó la entidad, mientras asegura que los sistemas agrícolas y alimentarios deberían reducir sus impactos negativos sobre el medio ambiente.
En ello debe incluirse, el agotamiento del suelo y el agua además de las emisiones de efecto invernadero, afirma el informe.
Argumenta la necesidad de adoptar decisiones políticas valientes que afectarán a los patrones de crecimiento de ingresos, cambios en las preferencias de la dieta, niveles de desperdicios de comida y en cómo se usa la producción agrícola para propósitos no alimentarios.
Los sistemas de consumo y producción de alimentos tienen que lograr más con menos, es necesario pasar a una alimentación nutritiva que deje menos huella en el medio ambiente, y reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos en todo el sistema alimentario, subraya la FAO.
También precisa que el desarrollo sostenible es imposible sin erradicar el hambre en un mundo donde más de 900 millones de personas no tienen suficiente para comer.
En la cumbre Rio+20 de junio, los gobiernos que acudan deberán comprometerse a acelerar los esfuerzos para reducir el hambre y la desnutrición y usar las directrices voluntarias de la ONU sobre el derecho a alimentos, agrega el documento.
