Chocolate gourmet, el sabor de los excesos

Creado: Dom, 17/09/2017 - 11:14
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Raquel F-Novoa
Categoría
Chocolate gourmet, el sabor de los excesos
Cuando Carlos V bebió un sorbo de ese brebaje amargo, oscuro y espumoso que Hernán Cortés le sirvió a su vuelta del Nuevo Mundo en el S.XVI, el monarca no imaginaba que estaba asistiendo a un momento clave en la gastronomía europea, la llegada del chocolate. Según las crónicas de la época, en el S.XVIII se consumían solo en Madrid más de cinco toneladas de chocolate al año. El primer europeo que probó el «tchocolat» fue Cristóbal Colón. Al manjar se le atribuían cualidades mágicas por sus capacidades energizantes y, según afirmaba la tradición precolombina, también actuaba como un potente afrodisíaco. Moctezuma se bebía hasta 50 tazas antes de yacer con las mujeres de su harem, una costumbre que heredó Cortés tras su llegada a México. Napoleón, sin embargo, lo consumía la noche antes de librar una batalla para ganar vigor en el combate, un uso que imitaron los soldados americanos en la II Guerra Mundial. Y no fueron los primeros, se tiene constancia de que en 1750 la Royal Navy había establecido que se incluyese una taza de chololate en las comidas de sus marines. En el Siglo XVIII se vendía en toda Europa en farmacias en forma de jarabes y píldoras cuyo gusto amargo desagradaba a los dolientes. Fue en el S.XIX cuando las grandes fábricas que llegan a nuestros días (Suchard, Lindt, Nestle) decidieron mezclarlo con leche y endulzarlo, así comenzó el crecimiento imparable de la industria del cacao hasta el día de hoy, en el que las piezas se visten de diferentes sabores que consiguen experiencias al gusto de cada consumidor. Para los más ortodoxos, el chocolate más puro debe ser amargo mientras que mezclado con leche cautiva a la inmensa mayoría de consumidores. Los más golosos prefieren la opción que detestan los puristas, el chocolate blanco, que no tiene cacao sino manteca de cacao mezclada con otros ingredientes como leche condensada. Los maridajes predilectos de los más chocolateros son las fresas, la menta y los frutos secos y las marcas premium visten su materia prima con todo tipo de sabores para conseguir una experiencia gourmet excelsa. Si crees que tu paladar se merece un lujo, estas cinco variedades son las mejores opciones para agasajarlo. Pacari Originario de ecuador, comienza a enamorar a los paladares españoles más refinados en 2007, desde 2008 se ha convertido en una de las marcas de chocolate gourmet más prestigiosas del mundo. Actualmente, Pacari se vende en 47 países y ha sido galardonada en numerosas ocasiones. El secreto de su éxito es el delicado tratamiento que le dan a sus productos, la calidad es su principal apuesta y se sirve en forma de tabletas. Es un producto de comercio justo y, además, presumen de ser la única empresa chocolatera del que trabaja con cacao biodinámico. Esto, además de un compromiso ético, manifiesta también un salto cualitativo en el resultado final de la obra porque significa que opera sin intermediarios con el productor y que éste, a su vez, trabaja teniendo en cuenta las más mínimas interacciones de la naturaleza. Son barras orgánicas sin soja, lácteos y gluten y se diferencian por comerciar con chocolate «en crudo», sin procesar. A través de sus piezas se consume la vertiente más saludable del chocolate, que se endulza de forma natural con trozos de fruta. Neuhaus Jean Nauhaus abrió en 1857 junto con su cuñado una panadería-farmacia en las galerías Royale Saint Humbert en Bélgica. Dado que al chocolate se le atribuían propiedades curativas, era habitual que las tabletas se vendieran en boticas. Nahaus y su socio fueron de los primeros en tratar el chocolate para conseguir un gusto más dulce. Los experimentos con diferentes combinaciones de sabores se convirtieron en una constante que fue desplazando a los jarabes para la tos, así nació una de las más prestigiosas empresas de chocolate gourmet. Sus fundadores no sabían entonces que sería su nieto quien revolucionaría la industria chocolatera cuando decidió rellenar sus piezas de frutos secos y, sin saberlo, inventó el praliné en 1912. Este descubimiento originó otro hallazgo que llega hasta nuestros días, las cajas de bombones, creadas para no dañar los pralinés en los transportes. Actualmente comercializan más de mil productos diferentes en más de 40 países y se convirtieron en una de las firmas históricas de chocolates gourmet más reconocidas. Godiva El chocolate sibarita por antonomasia, cuidado pieza a pieza desde el sabor hasta el diseño. Debe su nombre a Lady Godiva, una dama sajona de excepcional belleza y bondad, según cuenta la leyenda. Su tienda original abrió en la Grand Place de Bruselas en 1926, desde allí se inicia hoy la famosa Ruta del Chocolate de la capital Belga. Godiva gestiona hoy más de 450 «boutiques» de chocolate alrededor del mundo y sus productos se venden en más de 10.000 establecimientos. Su producto estrella es el Gold Ballotín, una caja dorada en la que alberga un delicioso surtido de sus más codiciadas delicatessen. Christopher Norman Esta marca neoyorkina endulza la gastronomía americana e internacional desde 1990 y goza de prestigio internacional por el cuidado con el que trata la calidad de cada tableta. Sus piezas son pintadas a mano una por una, la firma da especial relevancia tanto a los diseños como a la innovación. Sumergirse en el universo de esta chocolatera es una experiencia sensorial única y renovadora que engancha, ya que apuestan por la mezcla de sabores imposibles y por las ediciones limitadas. Han depositado su confianza en Christopher Norman personalidades de la talla de Oprah Winfrey a Martas Stewart. La última edición limitada en el mercado está dedicada al músico John Down, que retoma su carrera tras dos años de parón con la iniciatica de sacar una línea de bombones inspirados en su impás. Mariebelle Maribel Lieberman, la fundadora de esta casa bombonera, «pone su alma» en cada producto. Su principal inspiración es su madre, su siguiente pretensión, albergar en sus piezas los sabores de todo el mundo. Comenzó su carrera profesional en el mundo de la moda, pero no tardó en darse cuenta de que su mensaje se expresaría de forma más plena a través de la repostería. En el año 2002 inauguró su tienda en el SoHo y desde entonces, MarieBelle Nueva York no hay dejado de reinventarse y de crecer en prestigio, en su boutique el chocolate se percibe como una experiencia sensorial en la que el cacao, los pistachos, el té y las almendas dan forma a un universo muy particular. Que Bo Esta colorista fábrica se define como «chocolatería mexicana evolutiva», es una apuesta del chef brasileño José Ramón Castillo, que quiso empapar sus bombones de cultura azteca. En «Le Guide des Croqueurs de Chocolat», la biblia chocolatera francesa, incluyeron a esta joven marca como una de las mejores del mundo. Las instituciones mexicanas también supieron reconocer el prestigio de las obras de Castillo nombrándolo como principal exponente del cacao y de la chocolatería del país. Su conocimiento en la materia le valió la autoría de un libro «Kakaw», considerado «Libro patrimonio de la humanidad» por la UNESCO. Uno de sus principales logros fue retirar las mantecas y los lacteos del bombon y entre sus maridajes se incluyen multitud de frutas exóticas de llamativas formas y colores. Fuente: ABC

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