Lima se convirtió por unos días en la capital del chocolate, gracias a la celebración del primer Salón del Cacao y Chocolate Perú 2010, una cita en la que se mostraron los secretos del denominado “alimento de los dioses”.
Maestros y expositores de varios países, compradores, productores y especialistas compartieron entre el 8 y el 10 de julio sus experiencias con el cacao de calidad en este Salón, entre degustaciones y demostraciones de alta cocina.
Perú acogió esta cita internacional por primera vez, y lo hizo apadrinado por el prestigioso Salón del Chocolate de París, que en 2009 concedió al país andino el premio al Mejor Aroma de Cacao, reconocimiento que confirmó que este producto peruano ha ido ganando relevancia en el exigente mercado mundial. Además, en aquella ocasión Perú quedó entre los primeros puestos del resto de categorías de la competencia.
La cita de Lima, que tuvo lugar en el Hotel Sheraton, reunió a 15 maestros chocolateros de Europa y Estados Unidos, quienes durante tres días expusieron los secretos y exquisiteces del cacao, así como los beneficios para la salud de su consumo.
Expositores franceses, belgas, venezolanos, holandeses e ingleses y 30 organizaciones cacaoteras del Perú y de América Latina participaron en esta celebración internacional.
Entre otros reconocidos chocolateros que intervinieron se encontraron los chefs Astrid Gutsche y Pedro Miguel Schiaffino, los franceses Jean Paul Hévin y Philippe Bernachon, así como la representante del Salon du Chocolat de Paris, Valentine Tibere.
Antes de la celebración del Salón, los expertos internacionales viajaron a lugares de la costa y selva peruanas, desde Piura a Tarapoto, para degustar nuevas variedades de cacao, conocer de cerca las plantaciones donde se produce este grano, así como los procesos de fermentación y secado, y participar en la cata de ocho muestras provenientes de diferentes regiones cacaoteras.
De esta forma, pudieron comprobar que el cacao criollo almendra blanca es el nuevo tesoro del norte peruano. También conocido como “porcelana” por el color de sus semillas, fue descubierto hace unos cinco años y, durante este tiempo, ha conseguido atraer el interés de los maestros chocolateros más importantes del mundo.
El calado que ha tenido este producto peruano entre los más prestigiosos maestros ha sido notable. El belga Pierre Marcolini ya visitó Piura a principios de año para comprobar la calidad de este cacao. A él le siguieron tres artesanos chocolateros franceses, quienes antes de la celebración del Salón internacional analizaron el fruto criollo que forma parte de ese 5% del cacao mundial calificado como “fino”. Por su parte, el maestro Jean-Paul Hévin trabaja desde hace un año con cacao procedente de Apurímac.
Otro experto, Stéphane Bonnar, también es comprador de caca piurano. En su visita previa a la cita de Lima pudo comprobar que en una de las parcelas de Charanal, en la provincia de Morropón, crece un tipo de cacao muy viejo que se podría remontar a miles de años atrás. Además, Bonnar valora de este producto piurano su certificación orgánica y de comercio justo, así como que los cacaos de Perú no están estandarizados, sino que buscan la calidad. De hecho, una de las tabletas de la línea Les Grands Crus d’Exception, que celebra la calidad de los cacaos de origen, lleva el nombre de ‘Piura Blanco’.
Las previsiones apuntan a que el cacao peruano continuará seduciendo a los especialistas. No en vano, Philippe Bernachon, chocolatero de la Maison Bernachon de Lyon y nieto del célebre chef francés Paul Bocuse, ha asegurado que en un futuro el cacao criollo piurano podría ser parte de los 10 exclusivos granos usados para preparar la fina mezcla que caracteriza a esta casa francesa.
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