Viajar no siempre empieza con un billete de avión, o de tren, de bus. A veces basta una copa bien servida para cruzar fronteras, cambiar de idioma y hasta de actitud. Y es que hay ciudades que tienen la magia de mutar en sabores, bien por el espíritu que inspiran como por las memorias que las envuelven. De ahí que si se piensa, por ejemplo, en Berlín a muchos nos vendría a la cabeza un cóctel de la talla del Espresso Martini o el Negroni, impregnado de carácter enérgico e intenso.
Los cócteles a menudo dicen más de lo que se cree, son un reflejo de personalidad en copa, y claro, si cada quien tiene la suya, por qué entonces los destinos no podrían también encarnarla. Acompáñanos a trazar un mapa donde cada ciudad encuentra su cóctel ideal. Un match sin algoritmos, pero con mucha sensibilidad.
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Un cóctel para cada ciudad
Nueva York – Manhattan
El carácter imponente de Nueva York no se explica de otra forma que con un Manhattan. Vertical, elegante, intensa y siempre un paso por delante. El Manhattan es su reflejo perfecto: clásico, serio y sin ornamentos. Su personalidad no necesita presentación. Eso sí, es de esos tragos que no busca agradar a todos, pero quien lo entiende, repite, como la propia ciudad.
París – Sidecar
Si hablamos de París la mejor descripción sería elegancia con un punto de nostalgia: moda, cafés eternos, excelencia arquitectónica, romance y ese encanto que parece improvisado, pero nunca lo es. Y es que no existe cóctel más parisino que el Sidecar con ese toque de coñac, Cointreau y limón, que se traduce en un equilibrio perfecto entre fuerza y frescura.
Ciudad de México – Margarita
Vibrante, intensa y llena de contrastes. Así es Ciudad de México y también el cóctel Margarita, que ama los contrastes. La capital mexicana vive a todo color, y esto encaja al dedillo con la personalidad de esta copa, donde dulzor y acidez explotan sin pedir permiso. Y, por si fuera poco, se vale de su bebida más emblemática el tequila, redondeando así una propuesta de identidad líquida.
Tokio – Highball
¿Cómo traducir precisión, minimalismo y vanguardia en una copa? Pues ellos mismos lo crearon: Highball japonés. En él, como en su cultura, todo está pensado, medido y afinado al detalle. Lleva whisky, soda y a veces una rodaja de limón, eso sí, la técnica será obligatoriamente impecable. El resultado es una bebida que demuestra que menos puede ser mucho más.
Barcelona – Spritz
Barcelona vive al aire libre, por eso no hay mejor match coctelero para ella que el Spritz: fresco, social y despreocupado. Inspira justo lo que abunda en sus calles: terrazas y mucho color, y porque el Spritz, como la capital catalana, es siempre apetecible.