Día internacional sin dietas: el autocuidado en la alimentación no solo es cosa de un día

Creado: Lun, 06/05/2024 - 13:06
Autor:
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María Carrasco Lloría
Categoría
Alimentación saludable

Comer lo que se desea, con conciencia y responsabilidad, es la mejor dieta que se puede seguir. Por eso, en el 6 de mayo, día internacional sin dietas, se celebra la responsabilidad por la comida y se reivindica la aceptación de todos los cuerpos y la concienciación sobre las dietas estrictas y los TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria). 

El término que pone de relieve este día vino de la mano de Mary Evans Young en el año 1992. Esta activista comenzó la lucha contra la industria de los productos dietéticosviendo como las farmacéuticas se lucraban ante las inseguridades de millones de personas. El pensamiento de Evans ha conseguido mover masas durante las siguientesdécadas, pues se intrinca en la corriente del movimiento feminista. Existe también una lucha contra los cánones de belleza, tanto en hombres como mujeres, la idea de erradicación de la gordofobia y, en definitiva, poner sobrela mesa la importancia de cuidar el físico sin poner en riesgo la salud.

Se hace hincapié en la peligrosidad de las operaciones estéticas, así como de ciertos tipos de dietas, las llamadas dietas milagrosas. Sin embargo, muchos dietistas niegan la existencia de una forma de alimentación que cambié drásticamente el físico de alguien en tiempos imposibles.

Las dietas imposibles son un peligro para la salud física y mental 

Las dietas que “hacen milagros” suelen consistir en recortar radicalmente grupos completos de alimentos. Esto implica disminuir la eficacia de una alimentación equilibrada y saludable. Normalmente, este tipo de dietas son conducidas por lo que se encuentra en internet y redes sociales, antes que estar diseñadas y guiadas por un profesional en nutrición que cuide personalmente el esfuerzo que se realiza. 

El día sin dietas muestra la idea errónea sobre la concepción cultural de esta. “La cultura de la dieta no se enfoca la salud y el bienestar, sino en estar delgado”, asegura la plataforma informativa Nutrición Práctica. Esta afirmación implica sensaciones como culpa, inseguridad y miedo con el cuerpo de uno mismo, al negar la existenciade la diversidad corporal y la presión por alcanzar la delgadez. Fomenta la frustración al no conseguir estar delgado en tiempo récord. Con ello, se asumen trastornos depresivos y de ansiedad con mayor rapidez, sobre todo entre la población más joven.

Además, las consecuencias de unas dietas mal llevadas suelen venir acompañadas del conocido efecto rebote. Se trata de la situación inversa y por tanto con la consecuencia contraria a lo que se esperaba de realizar una dieta. Al haberse restringido de forma extrema ciertos alimentos, una vez se abre la ventana a volver a tomarlos se hace en cantidades mucho más grandes y con más frecuencia, lo que hace que el cuerpo engorde y elimine todo ese “progreso” que había ocurrido previamente. Por eso cabe tener consciencia sobre los alimentos que se recortan y siguiendo las indicaciones de profesionales del sector de la nutrición. Mucho más, debe atenderse a que empezar una dieta sin tener en cuenta las bases puede derivar en trastornos de la conducta alimentaria.

Hablamos de trastornos mentales sobre la autopercepción corporal y la distorsión de la imagen propia. Los más comunes son la anorexia y la bulimia, los trastornos por atracón y los trastornos por evitación y restricción de alimentos, según el Instituto Americano para la Salud Mental (NIMH).

Cuando una dieta es especialmente restrictiva puede venir acompañada de unos efectos adversos que deben tenerse en cuenta antes de empezar. Uno de los más comunes es el estado de hambre permanente y el ansia por comer cuando llega la hora, sobre todo cuando hablamos del cheat meal. Esta es una comida generalmente a la semana que se planifica para poder saltarse la dieta. En esta comida trampa es fácil sobre pasarse y que el esfuerzo de toda la semana quede prácticamente anulado, en términos de nutrientes, lo que retroalimenta la frustración y con ello el desequilibrio de la mente. 

Las dietas milagro más comunes son las bajas en carbohidratos, las bajas en grasas y las bajas en calorías. A pesar de sus nombres atractivos para quienes quieren comenzar con alguna, deben investigarse primero, pues normalmente son altas en grasas si son bajas en carbohidratos o al revés. 

Los riesgos de este tipo de dietas son la deshidratación, la fatiga crónica, las alteraciones en el humor, sintomatología clínica por déficit de micronutrientes, riesgo de lesiones musculares. Los desequilibrios del metabolismo también son comunes. Se inicia “cuando el cuerpo se encuentra en estado de privación calórica constante, entra en modo supervivencia y ralentiza el metabolismo para conservar energía”, explica la dietista Fátima Blanco.

Sobre el real fooding: un error de comunicación que puede ser desastroso

En los últimos años ha surgido una nueva corriente para las dietas. Hablamos del real fooding. Es un nombre popular, pero pocos lo conocen en profundidad, tantocomo para conocer más allá de los beneficios, puestambién deben atenderse los riesgos que conlleva este ritmo de vida.

El real fooding o la comida real llegó a España a través de las redes sociales, y aún hoy funciona como parte de la sociedad de la nutrición. Es que esta corriente tiene valores muy positivos e incluso conlleva una parte de la nutrición necesaria y deseada por la sociedad, pero sus herramientas de difusión han sido tan agresivas que el real fooding ha sido un conductor de los TCA durante la última década. 

El real food consiste en eliminar los ultraprocesados de la dieta. Los propios comunicadores de la corrienteconsideran a este tipo de alimentos “una epidemia”. Es una afirmación que puede considerarse lógica y que busca una forma de hacerse paso a través de lo saludable, como forma de prevención enfermedades cardiovasculares, cánceres y la obesidad. Sin embargo, la insistencia de las figuras llamadas real fooders ha conllevado el miedo a no optimizar cada parte de la dieta, y con ello de la rutina. Ha surgido una crítica hacia la dieta natural de los jóvenes, que, a pesar de evitar comida basura, tiene apuntes de lo más estrictos sobre las grasas de cualquier alimento procesado más allá de los nutrientes. 

Es compatible con dietas veganas y vegetarianas, pero el valor moral que añaden estas a la comida, viene dado por el origen de su proteína, no por de la forma de producirla y en cómo afecta al cuerpo, usualmente escondido tras un discurso negativo y violento. 

El problema que ha nacido desde el realfooding ha sido el fomentar un rechazo generalizado a la comida, la obsesión con los porcentajes y pesos de los alimentos y la fijación por el cuerpo delgado más allá del sano, al contrario de lo que en un principio se quiso conseguir con la corriente. Se sigue estudiando como el realfooding aumenta sentimientos de culpabilidad, pensamientos instrusivos y conducta obsesiva, según las investigaciones de los expertos del centro de psicología y nutrición Tiban. 

Cada cuerpo es un mundo

Aceptarse es un trabajo de lo más arduo pero más que nada satisfactorio. La aceptación atrae la paz y la tranquilidad a la mente humana. 

La nutri-psicóloga Ana Morales habla sobre las inseguridades que se imponen en las personas debido a los estereotipos estéticos. Explica el nacimiento del movimiento body positive, centrado en celebrar los cuerpos de todas las formas, avalando la diversidad corporal y promocionando el mensaje de la aceptación. 

A través de la alimentación se aceptan las creencias relacionadas con la imagen corporal. Es cierto que depende en gran medida el físico de lo que comemos, por eso siempre podemos cuidar la alimentación, teniendo en cuenta que el cuerpo está en constante cambio y comprendiendo que los estándares de belleza no se adecúan a todas las personas. De hecho, existen muchos movimientos en la actualidad que exigen acabar con estos cánones debido a que suponen una condena para la salud mental y emocional de muchas personas, sobre todo mujeres. 

Teniendo en cuenta que el autocuidado es mucho más que cuidar de cómo nos vemos, un consejo que sí se puede dar es mantener una buena hidratación. Beber agua ayuda mucho a la circulación de la sangre, a la elasticidad de la piel y expulsa las toxinas del cuerpo. Antes de iniciar una dieta, del tipo que sea, debe atenderse a la hidratación, al deporte y al discurso interno de cada uno.

Si sientes que tu dieta no es adecuada, que no te estás cuidando y te provoca sentimientos no deseados, lo primero es acudir al nutricionista y tratar de entender la salud física y mental desde la responsabilidad y el cuidado propio. El 6 de mayo es una buena fecha para comenzar a cuestionar la mejor alimentación.

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María Carrasco Lloría