Tecnología y marketing en Moët & Chandon

Creado: Lun, 08/08/2011 - 19:20
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Por: Don Rafael Ansón Oliart, Presidente de la Real Academia de Gastronomía Española
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Tecnología y marketing en Moët & Chandon

Fue con ocasión de probar, por primera vez, un champagne especialmente elaborado para ser tomado con hielo: el Ice Impérial. Así, lo que en principio puede parecer un desacierto, se convierte en algo original, interesante y divertido.

Moët & Chandon ha conseguido un champagne, cuyo secreto no se puede desvelar, que permite incorporar cubitos de hielo sin que haya una pérdida de burbujas o aroma. Si no se compara con el champagne, sino que se valora como una bebida distinta, resulta estupendo; sobre todo muy interesante para el verano o para ocasiones en las que se necesita que el espumoso dure más tiempo en la copa.  

El Grand Vintage 2002

Por otro lado, Moët con su Grand Vintage, intenta competir con Dom Pérignon, aunque respetando la imagen de su “hermano mayor”. Para ello, ha conseguido un Cuvée de Prestige extraordinario en determinados años (Moët esperaba una añada excepcional y, finalmente, encontró su oportunidad en la de 2002).

Hasta el punto que Moët & Chandon sacó primero su Grand Vintage 2003  y después el 2002 (que envejeció durante 7 años para lograr su evolución idónea). He probado el Grand Vintage 2002 Rosé, y el Dom Pérignon 2002. El mayor elogio para Moët es que su champagne no es inferior a éste último.

Etiquetas de cuidado diseño

Pero con independencia de haber conseguido un champagne excepcional, especialmente el Rosé, una de las cosas que más me ha llamado la atención es su etiqueta.

Hasta ahora, los años en las etiquetas de los champagnes han figurado en un segundo plano, en tamaño pequeño. Pero la maison está tan orgullosa del Grand Vintage 2002 Rosé, que ha decidido destacar la fecha en la etiqueta.

Efectivamente, como puede verse en la foto, lo que más salta a la vista es  un “2002”, que aparece en números muy grandes. Quizás lo que quiere decir Moët es que ese año se considera igual o superior a cualquier otro de los protagonistas de los Cuvée de Prestige.

Una estrategia de marketing

Moët ha destinado una importante suma de dinero para preparar unos productos fantásticos, presentaciones, audiovisuales y toda clase de soportes para lograr la máxima difusión.

Y ya ha conseguido su principal objetivo: que todos sepamos que junto al mítico Dom Pérignon existe un Grand Vintage que, en una añada, es comparable al mejor de lo mejores.

El 2002 se convierte así en el “buque insignia” del esfuerzo de marketing y comunicación que está llevando a cabo Moët & Chandon para situarse en la primera fila de los grandes champagnes. Aunque sigue presumiendo de su Dom Pérignon, quiere subrayar a sus Grand Vintage.

El cava, uno de los sellos de España

Para finalizar, quiero destacar que España está produciendo cada vez mejores cavas. Pero también es cierto que falta una campaña de marketing y de comunicación que permita que el mundo conozca la evolución que han tenido, no solo en Cataluña, aunque sí especialmente en esa Comunidad Autónoma.

Las últimas puntuaciones de la Guía Parker demuestran la calidad de nuestros cavas, con muchísimos puntuados entre 90 y 96 (sobre una escala de 100).

La estrategia para promocionar el cava

Para promocionar el cava, quizás las bodegas podrían crear una estrategia similar a la de Moët. Es decir, poner de relieve cuáles son sus Cuvées de Prestige, sus añadas míticas y tratar de que sean esas las que se conozcan y valoren.

Es muy difícil prestigiar un concepto abstracto o genérico (como cava, Rioja o Vinos de España). Los franceses, en cambio, prestigiaron sus Premiers Grands Crus de Burdeos (solo cinco y fue suficiente).

Nosotros queremos dar a conocer nuestros “buques insignias” en el mundo del vino y del cava; y esto requiere no solo mejorar, cosa que ya se ha hecho, la calidad; sino también llevar a cabo un gran esfuerzo, apoyándonos en the best of the best, en los mejores.

Porque no tiene sentido intentar prestigiar una medianía. Lo mejor es, como se hizo en su día con los mejores cocineros y restaurantes, que ellos fueran los referentes (tal y como ha hecho siempre la Guía Michelín y la Guía Campsa, ahora Guía Repsol).

Por ejemplo, Freixenet acaba de seleccionar sus cinco mejores cavas para integrarlos en el concepto de Cuvée de Prestige; y situarlos al nivel de los mejores champagnes de Francia. Este es, sin duda, un modelo a imitar.

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Por: Don Rafael Ansón Oliart, Presidente de la Real Academia de Gastronomía Española