Quien desee viajar en el tiempo y embriagarse con el encanto de la cosmopolita Cuba de los años 50, puede encontrar en la empresa Restaurantes de La Habana un boleto directo hacia los más legendarios e históricos restaurantes de lujo, donde aún palpitan la vida bohemia y la sensualidad de las noches habaneras.
Qué mejor muestra de ello que el restaurante Monseigneur, sitio que acogió a ilustres del siglo XX cubano, como Elena Bourque, José Lezama Lima, Nicolás Guillén y Alejo Carpentier, y donde cada noche Bola de Nieve interpretaba con maestría la música de Lecuona.
Decorado al estilo clásico y caracterizado por su Servicio a la Francesa, en el Monseigneur podrá encontrar siempre una mesa bien dispuesta y primorosamente servida, con manjares como el Langostino a la Salsa Menta o la Grillada de Mar. O, si lo prefiere, puede refugiarse en su bien surtida y siempre acogedora barra.
Los amantes de los espacios más íntimos, pueden optar por el restaurante Emperador, ubicado en los bajos de una de las maravillas arquitectónicas de Cuba, el edificio Focsa.
Con una luz tenue y música de fondo, su paladar le hará una reverencia a platos como el Filete Emperador con Struder de Boniato y Ajo de Montaña, o al Solomillo de Novillo Relleno con Langostinos del Caribe y Salsa de Queso Azul.
Y qué decir de su barra, una de las más emblemáticas de los años 50, que hoy se enorgullece de contar con el servicio de campeones nacionales e internacionales de coctelería.
Sin embargo, la empresa Restaurantes de La Habana —tan multifacética como la capital que le da nombre— ha sabido acompañar a los clásicos Monseigneur, Emperador, y a otros como Las Bulerías o Centro Vasco, con espacios más modernos, que han adquirido preponderancia en el tiempo; entre ellos El Conejito, Hurón Azul, Sofía, Trastevere y los Ranchones Giraldilla.
De esta forma están listos siempre para garantizar “un sitio para cada propósito”.
