El sector del vino en México representa una importante oportunidad de negocio, toda vez que las estadísticas del sector revelan que el año pasado su consumo registró un incremento superior al 100% en relación al ejercicio de 2010.
De acuerdo con los expertos, el comportamiento de la industria vinícola es positivo; no obstante, el consumo per cápita anual en México se sitúa en 0,66 litros, mientras en países como Francia e Italia llega a 45 litros, y en mercados como Argentina y España se fija en 25 y 23 litros, respectivamente.
En 2010, el consumo en el país azteca sumó 27 millones de litros, un volumen que para 2012 aumentó hasta los 55 millones, cifra que representa un repunte superior al 100%. Asimismo, se estima que el 30% del vino que se consume en el mercado local es de origen nacional.
Lluis Raventos, gerente de la empresa Freixenet en el Estado de Querétaro, aseguró en una entrevista a un diario local que en el país existen cerca de 20.000 hectáreas para el cultivo de uva, de las cuales únicamente 4.000 ha. -es decir, el 20%- se concentran en la producción de vinos.
De esta superficie, el 90% se localiza en Ensenada, Baja California, y un 10% en Querétaro, Coahuila, Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes y Chihuahua. El rendimiento registrado por hectárea es de 15.000 uvas por unidad, explicó Raventos.
El directivo refirió que, para 2018, se consumirán 180 millones de litros de vino, una cifra que triplica el dato actual, con una participación nacional que pasará del 30% al 50%.
En México están registradas 110 enseñas vitivinícolas, firmas que cuentan con un portafolio de alrededor de 400 diferentes etiquetas.
Por su parte, Verónica Baz, directora del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), afirmó que “el vino mexicano gana premios mundiales; pero es aún un secreto bien guardado y sigue enfrentándose a barreras importantes”. Entre ellas, Baz destacó la escasez de agua en el Valle de Guadalupe y Ensenada, en Baja California, así como la pesada carga tributaria que soporta el sector.
En su opinión, “el vino mexicano puede hoy ser motivo de orgullo nacional, un referente de que sí se puede. De cara al futuro puede ser una industria mucho más pujante, o puede continuar como uno más de los diamantes en bruto que poseemos, una actividad que triunfa, sí, pero a pesar del país”. Fuente: Mexican Business
