Brindar a la salud del vino

Creado: Lun, 22/07/2013 - 13:32
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Por: Mónica Baró
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La cultura de la sommelería en Cuba avanza progresivamente en la búsqueda de prestigio internacional. Múltiples voluntades de especialistas, profesores, restaurantes e instituciones del país se combinan hoy para regenerar en la isla la tradición del vino, que emana de sus raíces hispánicas.

Fundado en 1995, en el entonces Bar Billar del Hotel Nacional de Cuba, el Club de Sommeliers de Cuba, constituye uno de los núcleos impulsores que más logros ha alcanzado en este sentido. Su membresía reúne a más de 350 profesionales del país que cada vez trabajan con más devoción por posicionar, desde su especialidad,  la gastronomía cubana a nivel nacional y mundial y por propiciar a los clientes experiencias gratificantes en la mesa. 

El Sommelier cubano, René García Valdés, miembro del comité organizador del Club, explicó durante una entrevista -realizada durante el III Seminario Gastronómico Internacional Excelencias Gourmet 2013-, que ese grupo del cual forma parte mantiene vínculos directos con la Asociación Italiana de Sommeliers, a partir de su delegación en Cuba.

“Además, presidimos las acciones que se hacen por parte de los sommeliers cubanos y pertenecemos a la Asociación Internacional de Sommeliers, donde en la parte del Caribe somos la figura más importante para el desarrollo de la cultura del vino en el cliente y de la capacitación en Cuba”, precisa el también profesor. 

“Aunque nuestro esfuerzo –añade- no va solamente encaminado al desarrollo de los sommeliers sino también al de maîtres, capitanes, dependientes gastronómicos; o sea, que somos un fuerte apoyo para la capacitación en el sector turístico nacional y con ese fin impartimos cursos sistemáticamente para diferentes cargos dentro de la nomenclatura que existe en el turismo nacional. Nuestro esfuerzo va dirigido tanto a capacitar como a enseñar la cultura del vino”.

Acerca del programa de capacitación que implementan en el país, René García destaca los ejercicios prácticos como un método muy funcional para preparar a quienes se adiestran en ese trabajo.   

“El programa de nosotros es muy completo –asegura-. A diferencia de otros programas, en Cuba le incorporamos un elemento que se llama la práctica. Además de ofrecer conceptos teóricos, que son muy necesarios, nosotros promovemos a un profesional que pueda enfrentar mejor las labores de la gastronomía, porque fue educado en la práctica. Me parece que eso distingue los programas de formación de sommeliers en Cuba”.

García Valdés, por supuesto, es un defensor apasionado de las armonías que surgen con la combinación idónea entre vinos, platos y habanos. Aboga por esa sublimación del gusto que se logra cuando se acierta en los maridajes. 

“La cultura del vino tiene que tener una presencia importante cuando hablamos de restauración gourmet. No se concibe una restauración gourmet sin el vino en la mesa. Y aunque en Cuba tenemos las cervezas nacionales, que son exquisitas y ganadoras de premios, hay que pensar también que los maridajes complejos pueden ser solamente organizados o satisfechos por un buen vino. Esa cultura del vino tiene mucha incidencia en el concepto gourmet que tanto se exige en la restauración de excelencia a que aspira Cuba”, resalta.

“La sommelería no puede pensar solamente en el vino. Debe pensar también en la restauración gourmet, que tiene que ver con la comida, pero también con sobremesa, con la incorporación de los habanos, con mantenernos más al tanto y con ser cada vez más cubanos todavía”, concluye el experimentado Sommelier. 

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