¿Somos lo que comemos?

Creado: Dom, 15/02/2015 - 14:42
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Por: Katy de la Puente
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¿Somos lo que comemos?

Sesos de mono servidos directamente en su cráneo, gusanos de magüey fritos en mantequilla, roedores asados, paleta dulce de hormigas, arañas sofreídas, filete de caimán…Son, sin duda, rarezas culinarias que causarían estragos en algunos estómagos débiles.

Cada vez es más frecuente encontrar estos y otros platos exóticos en las cartas de renombrados restaurantes gourmet, que han convertido a comidas típicas de regiones como África, América del Sur o Asia en deliciosos platillos gourmet que se venden a astronómicas cifras.

La cocina exótica es ahora, más que una rareza, un signo de distinción, y hasta los paladares más encumbrados se afanan por probar platos que antes ni siquiera se hubieran atrevido a soñar. Este “exotismo” se paga a precio de oro, si bien los nutriólogos no lo recomiendan para una dieta continúa, pues por lo general esos platillos tienen un solo tipo de valor nutritivo, y la alimentación debe cumplir con todos los nutrientes que el organismo requiere para mantenerse saludable.

Tampoco hay que alarmarse por las supuestas “rarezas”. Muchas de esas recetas que parecen tan escandalosas son en realidad comidas típicas de culturas locales, que en muchos casos las consumen desde hace milenios. Comer orangutanes, monos y gorilas es tradicional en África, como lo es ingerir insectos en muchas regiones de la India, Tailandia o China, o probar carne de perro en Corea e incluso degustar unas deliciosas hormigas culonas fritas en Colombia.

Más que exotismo, hablamos ahora de transculturación, de una cocina gourmet que cada vez se internacionaliza más y junto a complicadas elaboraciones moleculares pone a la mesa una colorida diversidad llegada desde todos los confines del mundo, recordándonos ese viejo proverbio chino que asegura que entre cielo y tierra… todo cabe en la mesa.

Platos Exóticos

Arañas: Muy gustadas en Asia, algunas regiones de África y también en América, especialmente las tarántulas. En la mayoría de los casos se les arroja vivas a las brasas hasta que se fríe su exoesqueleto, y después se acompañan con salsas picantes o agridulces. Últimamente se han puesto de moda algunos platillos con arañas acarameladas o recubiertas de chocolate con pimienta.

Balut es un huevo de pato ya fertilizado con su embrión dentro, que se hierve al igual que un huevo cocido. Es considerado una delicia en Asia y en especial por su alto contenido proteínico en las Filipinas, China, Camboya y Vietnam.

Carne de caimán: Deliciosa y de un ligero sabor a cerdo, se consume fundamentalmente la cola, la cual carece casi por completo de grasa, aunque también puede asársele entero, como es costumbre hacer los fines de año en las espectaculares cenas del hotel Sandals Royal Hicacos, en Varadero, Cuba.

Café de comadreja: Una de las variedades de café más extrañas que se pueden encontrar en el mundo. Proviene de Viet Nam y se elabora con los granos de café que devuelven las comadrejas después de comerse su envoltura. Los jugos gástricos de la comadreja proporcionan a este café un fuerte sabor achocolatado muy peculiar.

Criadillas o testículos de res, son conocidas en Europa desde hace siglos, aunque es en América donde ha perdurado esta costumbre. Muchos lo consideran un alimento altamente afrodisíaco.

Cuy chactao: Una especie de roedor originario de la cordillera de los Andes. Consumido habitualmente en Colombia, Ecuador y Perú, muchos chefs famosos lo consideran un manjar sumamente saludable debido a sus niveles elevados de omega 3.

Suri: DTípicos en la selva amazónica, son gusanos blancos y gruesos que sólo se alimentan de palmitos, el corazón de la palmera. Se crían especialmente para el consumo humano. Pueden comerse crudos con una salsa picante, fritos o rellenos de queso.

Carne de perro: Es consumida por varios pueblos desde la antigüedad, hoy su ingesta es más cotidiana en países como Corea y algunas regiones de China. Se trata de razas especialmente criadas para el consumo humano. En estos lugares se cree tiene propiedades medicinales pues incrementa la energía positiva en el cuerpo (‘yang’), y beneficia la regulación de la circulación sanguínea. A causa de esta creencia, la gente se alimenta de carne de perro en invierno para mantenerse caliente.
 

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