Nuestra cerveza, original de la ciudad checa de Pilsen, sigue manteniendo su receta original y ofreciendo el mismo sabor y aroma desde 1842.
Fue el Maestro Cervecero Josef Groll quien, en 1842, creó en la ciudad de Pilsen una cerveza de color dorado, sabor espléndido y calidad indiscutible: La primera cerveza tipo Pilsner de la historia. Frente a las cervezas de la época, turbias, oscuras y de calidad discutible, el denominado tipo "Pilsner" fue un auténtico éxito, y dio pié a numerosas imitaciones alrededor del mundo. Así, en 1898, la Pilsner Orginal pasó a llamarse "Pilsner Urquell", que traducido significa "la Pilsner de la fuente original".
Desde entonces, Pilsner Urquell ha mantenido intacta su receta original, ingredientes y proceso de elaboración, razón por la que hoy podemos disfrutar del mismo sabor y calidad que hace más de 170 años. Existen cuatro ingredientes básicos en su producción: lúpulo de Saaz, cultivado a 78
kilómetros de Pilsen, noble y aromático, base de su inconfundible sabor y aroma. Cebada de cáscara fina de Moravia, malteada en la propia fábrica por sus Maestros Malteros, que le confiere su característico color dorado. Levadura "H" de la misma cepa original, que cuenta la leyenda que fue
entregada por un monje a Josef Groll para saldar una deuda. Y agua blanda de los acuíferos de Pilsen, de alta pureza y baja mineralización, que hace único el sabor de Pilsner Urquell.
Estos ingredientes, junto con su proceso especial de triple decocción a fuego vivo y triple lupulizado, dan como resultado una cerveza única e inconfundible, con un color dorado intenso, un cuerpo consistente y refrescante, y un complejo equilibrio entre el dulzor de la malta y el amargor del lúpulo de Saaz. Por su cuerpo, equilibrada graduación y baja carbonatación, Pilsner Urquell es además ideal para maridar con una amplia variedad de sabores.
Pero, ¿Cómo podemos asegurar que la cerveza Pilsner Urquell de hoy es idéntica a la de 1842? Bajo la fábrica en Pilsen, hoy en día se mantienen operativos parte de los 9km de túneles subterráneos donde antiguamente se producía la cerveza; y se siguen fabricando partidas de Pilsner Urquell en barricas de madera y utilizando los mismos métodos originales. Así, con frecuencia se
someten ambas producciones a catas a ciegas por un comité de expertos que no han sido capaces de distinguir la diferencia, garantizando que la Pilsner Urquell actual es idéntica a la de 1842.
Pilsner Urquell mantiene un firme compromiso con su calidad, desde la fábrica hasta su momento de consumo. Se produce bajo pedido en su fábrica en Pilsen para garantizar la mayor frescura, y sus equipos locales están constantemente formando a hosteleros y camareros en los cuidados de almacenaje, limpieza y tiraje correcto; y realizando auditorías de calidad.
En definitiva, se trata de mantener la primera cerveza tipo Pilsner del mundo más viva que nunca.
