Más allá del plato exquisito

Creado: Mié, 04/01/2017 - 18:03
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Por: Sommelier Alex Pizarro
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Más allá del plato exquisito
Algunos clientes supeditan todo a la calidad de la comida que se ofrece en los restaurantes. Si bien es cierto que las personas van a ese sitio, fundamentalmente, para alimentarse, la satisfacción final no puede vincularse solo a lo que se come. El chef forma parte de un equipo de profesionales que complementan la experiencia gustativa.
Tal vez los siguientes razonamientos nos den una idea más clara de cómo calificar realmente el llamado “momento gastronómico del comensal” en cualquier restaurante actual:
1. Un capitán o responsable del salón organiza su personal para que ejecute el servicio de forma satisfactoria. Su rol principal es este y no sustituir al barman, mesero o sommelier.
2. Los vinos, organizados en carta sin enmiendas ni tachaduras, que permitan ver de forma clara el origen, la añada y el precio, son vitales. Una carta de vino extensa no significa necesariamente la calidad superior del establecimiento. Una estudiada selección de vinos que se ajuste al maridaje exacto con los platos sí da muestras de rigor profesional.
3. Los sabores dulces de postres y vinos complementan el placer restaurador. No deben obviarse ambos de la experiencia gastronómica, ni por razones ocupacionales o criterios modernistas infundados.
4. Un barman bien preparado dispone de cócteles aperitivos para complacer el gusto masculino, femenino o infantil, u otra bebida que por razones gustativas del cliente reemplace alguna de estas preparaciones.  Aguas, cervezas, jugos naturales, vinos y sodas en copas y temperatura adecuadas dan muestra de una justa calidad gastronómica.
5. Las múltiples bebidas digestivas, necesarias y placenteras, forman parte también de una cena memorable. Espirituosos, licores y cremas no deben desaparecer del vocabulario gastronómico diario de los empleados de la restauración. Sugerirlos por sí solos o acompañados de Habanos es muy importante para desarrollar una verdadera sobremesa.
6. No solo la amabilidad del mesero lo califica como eficiente. Comprende también un conocimiento detallado de los platos y la bebida acompañante.  Sugerir no es proponer lo que el establecimiento necesite vender. Es tomar en consideración el gusto particular de cada cliente y sus expectativas. Sorprenderlos con preparaciones desconocidas solo es recomendable con personas asiduas que consideren al chef como un profesional creativo y confiable.
7. Platos entrantes que se presenten realmente fríos, tibios o calientes (como estén concebidos en el menú) amenizan una espera lógica por el plato fuerte. Vajilla y cubertería apropiadas para la comodidad en la ingestión del entrante dice mucho del concepto gastronómico también, no solamente en este momento sino en todo el tiempo de estancia en el restaurante.
8. Constantes entradas a la mesa por parte del personal de servicio, con las manidas preguntas acerca de si gustó o no el plato, genera molestias e interrupciones innecesarias. Atender una mesa es estar al tanto de ella a una distancia que permita saber qué servicio se necesita y cuándo.

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Por: Sommelier Alex Pizarro