La universalidad del Chianti al encuentro del Habano

Creado: Vie, 02/10/2015 - 18:40
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La universalidad del Chianti al encuentro del Habano
La segunda jornada de la XVI Fiesta del Vino, que tuvo lugar hasta este sábado en el Hotel Nacional de Cuba, abrió sus puertas con una degustación de seis vinos Chianti de la región de Toscana, Italia, que se pusieron a maridar con un Wide Churchills de Romeo y Julieta (55x130 mm) de Habanos S.A.
Luca A. Alves Franco, manager de eventos del Consorzio Chianti, explicó que este vino se caracteriza su universalidad,  su equilibrio, por ser fácil de beber y por su acidez de base, que le permite ser combinado con casi cualquier tipo de comida, incluso con un buen Habano. 
De ahí que fuese muy grata la armonía con esta vitola, especialmente atractiva para aquellos fumadores que aprecian los puros de calibre grueso y de equilibrada y aromática ligada. 
El directivo también refirió que Chianti le brinda una garantía al consumidor final debido a la calidad de la producción. “Todo lo que pasa en la botella está programado”, dijo. 
Al decir del especialista, una de la tipicidad de todas las variedades de este vino es que deben estar hechas con un 70 por ciento de uva Sangiovese, como mínimo, y el resto con otras uvas internacionales. Esta cepa –dijo– tiene una buena aromaticidad, estructura, acidez y capacidad de añejamiento. No obstante, pese a ser una uva muy generosa, es muy difícil de trabajar por su susceptibilidad al clima.
La degustación comenzó con el Frescobaldi Chianti Castiglioni 2014, un tinto joven, ligero, moderno, con un 80 por ciento de Sangiovese y un toque de Merlot y Syrah. Le siguió un Sant´ Appiano 2013, de mayor equilibrio de estructura, aromas y sabores, con notas de frutas maduras.
El tercer vino de la cata fue el Cerretello 2012, un Chianti Superiore con un añejamiento mínimo de un año.  En boca se hizo evidente un nivel alcohólico mayor y una mayor consistencia y estructura con respecto a sus predecesores. 
Luego se le dio paso al Nipozzano 2012 y Vigna La Queria 2010, ambos vinos Reserva. Según Luca A. Alves, no se considera Reserva por el tiempo de añejamiento sino porque para elaborarlos se seleccionan aquellas viñas con mejores características para la guarda.
Y para cerrar la degustación nada mejor que un Santo del Chianti, Colli Fiorentini 2008, un vino dulce que dejó un grato recuerdo en el paladar y que puso bien en alto el nombre de la Toscana. 

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