Cuenta la leyenda que cuando Miguel Ángel terminó su Moisés, era una creación tan perfecta que golpeó la estatua con la maza y le dijo: “¡HABLA!”. Así, en homenaje al genio del Renacimiento tomó su nombre Bodegas Habla, simbolizando el espíritu de perfección continua en sus vinos. Excelencias Gourmet dialogó con Fernando Mendieta, responsable de zona de la bodega.
¿La bodega radica en Trujillo, de donde salieron tantos conquistadores al Nuevo Mundo?
Así es, estamos a poco más de dos horas de Madrid, a 5 kilómetros del municipio de Trujillo, uno de los enclaves con mayor historia y encanto de la geografía extremeña; cuna de conquistadores y un pedazo de la historia del nuevo mundo en si misma. Nosotros decimos que tenemos “viñedos de pizarra en la tierra de Pizarro.” Allí cultivamos unas 200 hectáreas de viñedos con seis o siete variedades diferentes de uva, desde 1998.
Es curiosa la relación que han establecido entre el nombre y Miguel Ángel.
Pensamos que al igual que el arte, la naturaleza puede crear obrar únicas, y nosotros hacemos vinos únicos, gracias a la maravillosa naturaleza climática que tenemos en Trujilllo. Concebimos cada uno de nuestros vinos como una obra irrepetible que presentamos en ediciones limitadas. Cada Habla es el resultado de una tierra y sus distintas variedades de uva en unas condiciones climáticas y un periodo que no se volverá a repetir jamás. Así, cada edición de Habla tiene su propio número.
¿Entonces, son vinos que sólo les falta hablarle al consumidor?
Por eso mismo nos gusta hacer botellas muy sutiles, basadas en mucha riqueza visual pero con poca palabrería, que sea el vino el que hable. Quisimos hacer las cosas de forma diferente desde el comienzo, ser originales, queríamos hacer vinos elegantes, cosmopolitas, sofisticados, un gran vino de lujo pero siempre basándonos en una buena relación calidad-precio.
¿Para que esté al alcance de más personas aunque su calidad sea de lujo?
Por eso tenemos una gama alta que en ningún caso sobrepasa los 22 euros en el mercado y otra básica con crianza de seis meses en unos 11 euros, que nos parece asequible.
¿Ya están exportando?
Estamos presentes en Estados Unidos, Dubai, Suiza, y en Latinoamérica en Brasil, Colombia y Panamá. Por supuesto, también en el norte de Europa de forma bastante rotunda y también en el mercado oriental.
¿Y cómo ha sido la acogida del público?
Muy buena, hay lugares donde nos tratan como a actores de cine, por ejemplo en China el hijo del propietario, Juan Carlos, ha estado firmando botellas como si fuera un piloto de fórmula 1. Allá consideran el vino español como un artículo de lujo.
¿Aspiran a que su marca se globalice más aún?
Sí, pero sin perder el norte, no vamos a hacer más botellas simplemente por obtener más reconocimiento o incrementar consumidores, simplemente queremos ser la expresión de lo que consideramos vinos elegantes, de lujo, sin volvernos locos ni hacer más botellas de lo que nos permite el viñedo.
También tenían un sueño, el recuperar una viña cultivada por los griegos muchos siglos atrás en sus tierras.
Toda gran marca comienza con un sueño y el nuestro era crear la bodega con los vinos más especiales del panorama español y ser con ello un referente internacional de la calidad y el espíritu creativo de nuestro país. Actualmente existen muchos vinos de gran calidad pero nosotros queríamos ir más lejos, queríamos construir una marca que se convirtiera en un icono, una marca que escribiera las nuevas reglas del sector. En realidad no había muchos secretos, necesitábamos un producto sobresaliente y delicioso al que dotaríamos de una imagen que debía ser reconocible y rompedora, con un marketing diferente y un atractivo singular. Es nuestro homenaje a todas las civilizaciones que han pasado por la tierra extremeña.
Tras un profundo análisis del terreno y un estudio intensivo de las características particulares de cada parcela de nuestra finca, determinamos aquellas variedades que mejor se darían en cada enclave, solo elegiríamos aquellas cepas que verdaderamente se integrasen en la tierra y dieran lugar a una uva característica pero que a la vez tuviera un carácter totalmente especial. Usamos los clones más exclusivos procedentes de la zona de Burdeos, en Francia y el resultado no pudo ser mejor: Uvas que revelan la esencia secreta de nuestra tierra en su máxima expresión: la voluptuosidad del Tempranillo, la personalidad de la Cabernet Sauvignon, la exuberancia de la Syrah y la profundidad de la Petit Verdot, además de las recientes Malbec y Cabernet Franc. Cada una de nuestras variedades toma de la tierra rasgos que nos hacen descubrir matices nuevos en cada nueva añada.
¿Cómo es recibido en España?
Al principio, tal vez salimos de forma un poco precipitada en cuanto a velocidad de crucero porque el vino necesita ser entendido con tranquilidad, pero en estos diez años hemos adecuado la bodega al público en el sentido de hacerle llegar vinos con una honradez tanto de precios como de elaboración que el público ha sabido reconocer.
¿Incorporan tecnología moderna?
Hacer un vino excelente es un arte y el resultado de cuidar cada detalle. En nuestra bodega contamos con el equipamiento más avanzado para lograr los más altos estándares de calidad. El edificio no solo es una obra de arte de arquitectura contemporánea, sino que sobre todo está diseñado con criterios esencialmente funcionales para permitir un flujo de trabajo óptimo y adecuado a las necesidades de elaboración del vino, el cual siempre está en primer lugar de preferencia a la hora de tomar cualquier decisión.
¿Qué producción tienen?
Hacemos aproximadamente un millón de botellas, y no pensamos incrementar producción para poder mantener la calidad. Además, de los vinos top hacemos sólo cien mil botellas, el Habla no. 11 y ¡2, son los números de vinificación que fuimos sacando en bodega. El 11 lo hicimos antes que el 12 y sin embargo salió un poco después porque el mercado requería un vino listo para beber y el 11 tiene un año más de botella que el 12.
¿Cuáles variedades utilizan para estos vinos?
Fundamentalmente el cabernet y el tempranillo. El Habla No. 11 lo terminamos también con Petit Verdot y para el no. 12 que es nuestra variedad estrella es monovarietal de Syrah. Las viñas las cultivamos sólo desde 1999, pero eso no ha sido óbice para que nos dieran por ejemplo, al “Habla de Silencio” el premio al Mejor Vino de España en todas las categorías por la sección de prensa y críticos del vino. Eso fue en este 2015; también hemos recibido reconocimientos en el exterior, en el mercado internacional.
¿Tres condiciones fundamentales para salir al mercado internacional y no perecer en el intento?
Pues sobre todo siempre llevar una buena relación calidad-precio, ser un poco diferentes a lo que ya existe en el sector. En este caso tenemos una ventaja; no somos Ribera del Duero, no somos Rioja pero somos una gran gama de tintos españoles que al final permite presumir de otras zonas de España que no son las más afamadas. Pero siempre tener una buena calidad con buen precio y salir al mercado exterior sabiendo hacer una buena prescripción del producto procurando muchas degustaciones y catas. Los vinos Habla tienen un carácter muy marcado, son caldos modernos y exuberantes, tremendamente gustosos y con una gran complejidad en matices que la nariz experta puede disfrutar al igual que cualquier amante de los productos de calidad, pues nuestros vinos están concebidos con el objetivo primordial del disfrute universal.
