Ara Malikian: un violín apasionado

Creado: Dom, 05/01/2014 - 16:54
Autor:
Credito
Por: Consuelo Elipe
Categoría
Ara Malikian: un violín apasionado

Tranquilo, casi tímido, Ara Malikian guarda toda su energía para cada una de las veces que con su violín en las manos, enamora al público, en teatros, en la calle o en cualquier escenario que esté listo para sentir pasión por su forma única de tocar y contagiarse de su amor infinito por la música.

Tuvimos el privilegio de entrevistarle en su colaboración con una de las marcas de whisky más premiadas en el mundo: Glenfiddich.

Ara, leyendo tu biografía se llega a la conclusión de que eres ciudadano del mundo. ¿Tú como te sientes? ¿Qué porcentaje tienes de cada lugar donde has estado? Y de gato madrileño….

Es verdad que tuve un recorrido en la vida casi sin querer, pues he tenido la suerte de viajar a muchos lugares. Hace 15 años, casi por casualidad y sin saber por cuántos años, me instalé aqui en Madrid. Me preguntan muchas veces que de dónde verdaderamente me siento y nunca lo puedo responder.

La respuesta es un poco de todos los lugares. Soy de todos los sitios donde me he sentido a gusto, de todos donde he aprendido algo, donde he conocido gente, y por supuesto España es una parte muy grande de esto. Es uno de los lugares donde más he vivido en mi vida y me siento muy de aquí, muy a gusto aquí.

Has explorado y colaborado con el mundo flamenco, con la música argentina, con el rock, el mundo de los niños…¿Qué viene ahora? ¿Algún plan de hacer alguna colaboración con alguna música latina, un mariachi por ejemplo?

México es un lugar adonde vamos a menudo, volvemos a salir de nuevo este año que viene y a mí me encanta. Es un poco la razón por la cual sigo tan enamorado de mi profesión y cada día que hago mi trabajo lo hago con toda la ilusión del mundo, justamente por los viajes, por descubrir nuevas culturas, por descubrir nuevos amigos que hacen música y me enseñan.

A través del dialogo, a través de conocer gente diferente, uno crece y eso para mí es lo más bonito y lo más interesante de mi trabajo.

¿Cuál es el sitio más extraño o diferente en el que has tocado?

He tocado en sitios muy raros, colgado en un edificio de 15 plantas, ese ha sido uno de los sitios más raros. Ahora estamos negociando tocar debajo del agua… ¡Eso va a ser fantástico! Si sale… Estamos en ello, buscando los micros adecuados para que funcionen debajo del agua. Es un proyecto en el cual estamos trabajando actualmente.

El mundo de la gastronomía es toda una explosión en estos momentos. Es moda con los chef, cocina multisensorial, catas... Empezar con Glenfiddich  es adentrarte más en este mundo, ¿Cómo surgió tu colaboración? ¿Lo buscaste o te lo propusieron?

Un poco las dos cosas.  Siempre cuando viajas mucho llegas a conocer la cultura gastronómica, porque yo creo que es una riqueza cultural de cada país y a mí me encanta. De hecho, un concierto sin luego una cena no tiene la misma gracia, y por supuesto como músico siempre pones música a todo, aunque sea interiormente.

Pones música a gustos, a sabores, a situaciones, a estados de ánimo, y surgió la oportunidad de colaborar con Glenfiddich y fue una idea maravillosa. Me entrenaron para catar el whisky, hasta ahora solo había catado vino y he aprendido más a saborear el whisky, a destacar los sabores, los olores, y fue maravilloso cómo interpretar y traducir los sabores hacia la música.

¿Qué te inspiró para componer las melodías de esta colaboración?

Al principio estaba mirando un poco hacia Escocia, que tiene una música muy peculiar, pero luego ellos mismos me han dicho de no obsesionarme con la música escocesa o céltica, más bien el sabor es algo universal, no es de un lugar, el sabor lo tenemos todos los que vivimos en esta tierra.

Y cada sabor que destacamos no es típico de Escocia, también lo encontramos en el sur España o cualquier otro lugar, así que después lo hicimos algo más general  y tuvo mucho más sentido para mí. Claro, luego cada uno de los tres whiskys que probamos tenía un sabor diferente, sacar la diferencia de cada uno fue muy interesante.

¿Entonces sacaste una melodía para cada whisky? ¿Cómo pudiste diferenciarlos?

Cada uno es un mundo. La primera vez que me lo enseñaron me parecían todos iguales, pero luego son muy diferentes: uno es mucho más ligero, fresco; el 18 es mucho más intenso, con más sabor. Es cuestión de gustos, porque son muy diferentes.

¿Te ha gustado como para seguir colaborando en este tipo de cosas?

Este tipo de cosas lo haces en la vida aunque no colabores directamente. Estás en una fiesta y te dan una bebida o una comida que está rica y como músico siempre acabas tocando, y al fin y al cabo tocas sobre lo que estás inspirado; y la verdad que la bebida, el sabor, el gusto te inspira y sin saberlo tocas lo que te está inspirando.

En este caso hemos analizado cómo sería estar inspirado por el sabor, el olor y el gusto de estos tres whiskys.

La música y tú sois dos cosas que no se pueden separar, ¿Cómo es tu vida normal? ¿Podemos entenderla sin la música?

Es difícil de creer, pero no hay ningún día que no toque el violín. Es que me lo pide el cuerpo. No sé lo que me pasa, pero si no toco me duele, me siento incómodo. Un día todavía se puede aguantar, pero dos es imposible.

¿Cuál crees que es la clave para que en estos momentos que el mundo de la cultura se queja por malos resultados, se agoten tus entradas?

Si tengo que decir cómo lo hago yo no sé. Es algo muy sencillo, amo lo que hago, lo hago con mucha sinceridad, humildad y sencillez. Quizás la fórmula es que en ningún momento yo toco el violín para ser famoso. No haces tú arte para ser famoso, si este es tu objetivo ya estás equivocado, estás en el camino erróneo. Tienes que tocar, hacer música porque te gusta, porque crees en esto. Yo haría música aunque nadie me escuchara.

Añadir nuevo comentario

Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
Credito
Por: Consuelo Elipe