La piel, nuestra tarjeta de presentación

Creado: Dom, 02/12/2012 - 20:38
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Por: Dra. Norka Garcés Angulo
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La piel, nuestra tarjeta de presentación

Un sabio refrán dice que “la cara es el espejo del alma“, pero también lo es del estado de salud en que se encuentra una persona, pues el rostro es nuestra tarjeta de presentación. A través de él se puede llegar a conocer el estado físico y psíquico de cualquier ser humano.

 En la cultura occidental la cara no se cubre jamás, o al menos solo en extrañas ocasiones, y por lo tanto está expuesta a sufrir todas las inclemencias de agentes externos, y a su vez el paso de los años se refleja inevitablemente en la piel de la cara antes que en la del resto del cuerpo.

¿QUÉ ES LA PIEL?

La piel es un órgano altamente complejo y fundamental para el funcionamiento de nuestro organismo. Está compuesta por tres capas, pero cada una de ellas tiene una función, lo cual explica el porqué de los distintos tipos de piel y lo que las diferencia.

La primera capa que nos encontramos y por tanto la más superficial es la epidermis. En ella se forman las células epiteliales que, según van madurando, van subiendo hacia el exterior, en un proceso de regeneración de la piel que dura aproximadamente 28 días, si bien en una piel madura este tiempo es superior. Según el tipo de piel, esta capa está más engrosada o menos. La epidermis carece de vascularización.

La segunda capa, según profundizamos, es la dermis, constituida por un tejido conjuntivo elástico y fibroso, y que por tanto le aporta firmeza y elasticidad.

En la dermis podemos encontrar terminaciones nerviosas, vasos sanguíneos, fibroblastos, glándulas sebáceas, sudoríparas, entre otras. En ella se produce la formación de colágeno y elastina.

La tercera capa y la más profunda, es la hipodermis, compuesta por un tejido adiposo,  donde se encuentran los adipositos, células encargadas de almacenar grasa, que sirven como reserva energética del organismo. Esta capa en el cutis es mucho menor que en otras zonas del cuerpo como podrían ser las caderas.

TIPOS DE PIEL

El tipo de piel siempre está determinado genéticamente, lo que significa que se nace con ella. Pero este no solo depende de la herencia, sino del estilo de vida que llevamos, de qué comemos o cómo cuidemos nuestro  cuerpo.

Sumado a esto, debemos considerar que la piel cambia con el transcurso de los años: en la juventud es más grasa y, al envejecer, suele resecarse. La mujer comienza a tomar mayor cuidado de su piel a partir de los 30 años. Hasta los hombres también deben estar alerta con la piel, porque debido a sus altos niveles de colágeno, la masculina es hasta 20 % más gruesa y más resistente que la de la mujer. La piel del hombre se considera más rígida y más grasosa que la de las mujeres.

Por todo esto, es importante conocer el tipo de  piel y saber cómo cuidarla para mantenerla saludable.

PIEL NORMAL

Piel equilibrada. Sus secreciones sebáceas son normales. Es flexible y resistente. Es fina, los poros son apenas visibles, tiene tacto suave y aterciopelado, pero aun así debemos mimarla de vez en cuando y no descuidarla.

Aplicar mascarillas naturales en este tipo de piel permite que se mantenga nutrida.   

Además, es importante una rutina de limpieza, tonificación y humectación periódica, para eliminar la nicotina, la cafeína o el alcohol, por ser factores que aumentan la producción de radicales libres y como consecuencia, el envejecimiento.

También es bueno aumentar el consumo de vitaminas antioxidantes y ácidos grasos Omega 3 y 6.

PIEL MIXTA

Es el tipo de piel más común. La mayoría de las pieles adultas son mixtas, presentan diferentes zonas según sus características. Es algo más gruesa que la normal. Presenta zonas más grasas en la frente, nariz y mentón, y en el resto son más secas. Es necesario el uso de productos específicos para este tipo de piel. En el caso de tratamientos de hidratación, se debe iniciar la aplicación en las zonas más secas y terminar en las más grasas.

PIEL GRASA

La piel grasa tiene una epidermis más gruesa y endurecida. También tiene mayor actividad de las glándulas sebáceas por lo cual son más resistentes al frío, sol y viento.

Tienen tendencia a sufrir menos arrugas, si bien debemos controlar el exceso de grasa, ya que esta nos da brillos y un tono más apagado.

A las personas con piel grasa se les aconseja cuidar su alimentación: no consumir gran cantidad de carnes rojas, chocolate o alcohol, y comer más frutas y verduras.

Además es recomendable aumentar el consumo de alimentos con fibra (granos, cereales, verduras, frutas),  con el fin de mejorar la eliminación de toxinas.

Para los que poseen esta piel es bueno hacer más deportes, sueños profundos de 7 a 8 horas diarias, y no abusar de los jabones.

 PIEL SECA

En la piel seca la actividad de las glándulas sebáceas está disminuida. Es una piel poco protegida, fina y sensible. Tiene un color rosado y poros imperceptibles. Al tacto puede ser suave en personas jóvenes, si bien con los años se vuelve áspera, no tolera bien el sol, el frío y el viento. Tiende a descamarse y presentar arrugas finas. A pesar de no presentar acné, puntos negros o poros abiertos, esta piel tiene otros problemas que requieren de un cuidado distinto.

Se recomienda evitar baños muy calientes, tomar abundante agua, una vez a la semana hacer tratamientos humectantes de hidratación y protección solar, incrementar el consumo de jugos de frutas o sopas frías de verduras, así como proteínas animales y vegetales, frutos secos y semillas.

PIEL SENSIBLE

 Es generalmente de color rosa o rojo, debido a su delicadeza. Por esa misma razón, suele ser alérgica y presentar ruptura de venas o capilares.

Se aconseja lavarla con agua tibia y jabón suave, evitar el uso de exfoliantes que puedan dañarla, en invierno protegerla del frío con bufandas y de las grietas con cremas hidratantes y, en verano, mantenerla protegida del sol.

¿CÓMO ANALIZAR TU PIEL?

Para saber qué tipo de piel tenemos, podemos hacer  una prueba en casa. Consiste en limpiar el rostro perfectamente y dejar transcurrir unos 15 minutos. A continuación, aplicar sobre las diferentes partes del rostro pequeños trozos de papel secante.

Si la piel es seca, el papel quedará limpio, ya que las posibles manchas de agua se habrán evaporado rápidamente. En cambio, si la piel es grasa, las glándulas sebáceas son hiperactivas, por lo que obtendremos como resultado un papel con manchas aceitosas.

Debemos tener en cuenta, que si la piel es mixta, habrá zonas en las que obtengas las manchas aceitosas, y otras en las que el papel quedará limpio.

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