Distintiva celebración a las tradiciones que componen la insularidad cubana y su gastronomía es el III Evento Saborear lo Cubano. Información, intercambios y degustaciones marcan las jornadas del encuentro que se valida como uno de los más atractivos para el sector en la Mayor de las Antillas. Como una muestra de la matriz que también conforma dicha identidad la tarde del miércoles se aderezó con propuestas propias de España, tanto en vinos como en Tapas, de la mano siempre atenta de Bodegas Torres.
Aunque podría pensarse que tan vasta representación de la culinaria hispánica como la que tuviera lugar se aleja de las directrices del certamen que aconteciera en los predios de la Habana Vieja, Carlos Acosta, representante de Bodegas Torres en Cuba puntualiza:
“A petición de Habaguanex, dentro de la semana Saborear lo cubano, apadrinamos esta cobertura especializada que se destina a potenciar la gastronomía de la isla. La propuesta en esta ocasión se ha compuesto de Tapas, confecciones típicas de espacios como el Bodegón Onda, donde se realizó la degustación y con el cual tenemos una muy estrecha relación. Aun cuando las preparaciones están más relacionadas con la culinaria internacional, siempre estuvo presente el toque distintivo que tiene Cuba y que caracteriza toda su forma de hacer, por supuesto”.
La invitación, que permitió saborear una extensa cantidad de montaditos y/o bocadillos, también acercó a los asistentes una representación del saber vitivinícola de Bodegas Torres, de tres siglos de experiencia, en los cuales la relación con Cuba ha sido una constante. De hecho, esta empresa hoy se encuentra en negociaciones para expandir su carpeta de productos e incluir ron cubano, como el Santiago o el Caney.
La bodega ha sido también importante aliada en cuanto a la capacitación del personal gastronómico que labora en la isla. Explica Carlos Acosta:
“Podemos decir, sin dudas, que somos los líderes, no en el mercado en venta porque potencialmente Cuba su el turismo es un mercado Todo Incluido, donde priman los vinos económicos; pero sí en términos de cultura. Torres ha abanderado todo lo que tiene que ver con la formación de los sommeliers, trayendo novedades y diferentes propuestas para que estos profesionales estén a tono con lo que se está disfrutando en todo el mundo.
“Es muy satisfactorio notar que en los ocho años que llevo trabajando acá, ha tenido lugar una evolución de los hábitos de consumo del vino de los cubanos y por ende una mayor pertenencia y distinción dentro de su cultura gastronómica y sus conocimientos. Antes se decía que los cubanos no bebían vinos, sino ron y cerveza, pero hoy son cada vez más los que apuestan por un buen vino y para eso también trabajamos nosotros”, concluyó.
