Los datos científicos actuales confirman las propiedades antiinflamatorias de las moras y los arándanos, que se consumen en Estados Unidos mucho antes del descubrimiento de estas tierras, pues ya las tribus indoamericanas sabían de los beneficiosos efectos que tenían ambas frutas para la salud.
Los indios americanos nativos preparaban una mezcla de arándanos y moras con carne secada para hacer el pemmican, una comida que llevaban a todas partes y era muy nutritiva. También mezclaron ambas bayas para hacer un cataplasma medicinal que cicatrizaba heridas e impedía la infección.
Actualmente, los datos científicos permiten confirmar las propiedades antiinflamatorias de ambos, pues “son del mismo género y tienen una química similar”, según el Dr. Amy B. Howell, quien encabezó un científico de investigación del Marucci Center, el cual analizó las características antioxidantes de arándanos y moras.
Según los expertos, su consumo puede ayudar a mejorar la memoria, vista y coordinación motora, y tienen un gran potencial para tratar otros padecimientos como la presión alta, diabetes, obesidad, enfermedades cardiacas, depresión, artritis, o el Alzheimer.
